Tardes con Colombine. My fair ladies

Luis de Luis [1]

Una casa deshaciéndose; no, una casa deshecha. Es la casa de Carmen de Burgos en su noche más oscura, una noche de 1929, en la que se estrena “Los medios seres” de Ramón Gómez de la Serna. Y “ Tardes con Colombine” cuenta su historia, su pasión y martirio y su renacimiento. 

Colombine-cartel Tardes con Colombine. My fair ladiesCarmen Sánchez Molina no solo ha entregado un espléndido texto que demuestra una enorme comprensión, no solo de la época sino de la persona. No contenta con eso Sánchez Molina ha realizado un prodigioso trabajo interior despareciendo en la piel de Carmen de Burgos, le ha prestado su voz para que hable, su cuerpo para que se mueva, sus emociones para que sienta. Digna, honrada, humilde, desgarrada por dentro, entera por fuera Carmen (Sánchez Molina) da en el escenario la lección que Carmen (de Burgos) protagonizó en su época

Carmen de Burgos – olvidada, ignorada o, sencillamente desconocida – dejo la piel luchando por su dignidad, reclamando y ejerciendo (se permitiese o no) su derecho a ser mujer, a ser, de ser persona y de serlo a su manera. Abanderada de los derechos sociales, libre en su vida emocional, ganó todas las batallas y solo le derrotó el amor inesperado y arrollador entre su hija María y su compañero de dos décadas, Ramón Gómez de la Serna, el “niño ingrato y egoísta”).

Juan Carlos Talavera ejerce una inteligente y sensible dirección de la obra evitando caer en el estatismo, realzando los gestos pequeños, las acciones humildes, disponiendo los viajes al pasado (pues en esta obra el tiempo se disuelve varias veces) con destreza, creando con habilidad espacios y momentos y, por otra parte, estimulando y azuzando las relaciones entre las Cármenes (de Burgos y Sánchez Molina) y los demás personajes, las demás Cristinas.

Y es que Cristina Palomo se dobla y desdobla, se pliega y despliega, se cuadra y descuadra, sabe ser irresistiblemente seductora y agresiva cuando encarna a María; comprensiva cuando es Catalina (la hermana de Carmen); irracional cuando encarna a la vecindona Josita y, sobre todo, cuando asume todos las aristas de la señora Dolores, reacia y desconcertada, realista e ingenua, coplera y exaltada, llena y repleta de vida y emotividad.

Será la perfecta Eliza Dolittle para la perfecta profesora Higgins.

Cristina Palomo y Carmen Sánchez Molina son fair y son ladies, deslumbran y emocionan, enamoran y encantan. Sin duda, sin medida, sin cuartel.

Impresionante función.

  1. Luis de Luis Otero es crítico teatral

FICHA ARTÍSTICA

  • Intérpretes  Carmen Sánchez Molina y Cristina Palomo
  • Dirección Juan Carlos Talavera
  • Dramaturgia   Carmen Sánchez Molina
  • Producción La Culebra Producciones

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