*Luis de Luis
La entrevista que Jordi Évole realizó al exmiembro de ETA, Iñaki Rekarte, allá por 2015, fue toda una conmoción en la sociedad española por lo inusual, por lo inesperado, por la sinceridad, por su crudeza … José Pascual Abellán, impactado y conmovido, se propuso evitar que cayesen en el olvido tanto las palabras de Rekarte como las de Silvia, una de sus víctimas y creó, con ese material la dramaturgia “Ni con tres vidas que tuviera” sobre el poder de la verdad y el perdón. Sobre el poder de seguir adelante, de seguir viviendo.
“Ni con tres vidas que tuviera” no es teatro fácil, ni lo quiera ser. Es un puñetazo al espectador; un golpe alto que le deja contra las cuerdas, que le obliga a mirar, que le obliga a entender, que no le permite mirar a otro lado.
“Ni con tres vidas que tuviera” es teatro que pregunta, que interpela, que, en el mejor sentido de la palabra, agrede y golpea. Es teatro necesario y necesitado. Teatro obligatorio y obligado.
Jorge Cabrera interpreta al exterrorista al que ha dotado de una (aparente) frialdad externa a la que delatan pequeños gestos ( tics en la mano, movimientos de los pies, miradas perdidas) y quiebros en la voz mientras cuenta (a veces monocorde, a veces alucinado, siempre lúcido) la barbarie en la que ha participado, por la que ha tirado su vida. Sin acabar de creerlo, sin acabar de creerse y, al tiempo, dándose cuenta de que los hechos no mienten: es la verdad, no hay otra, debe seguir viviendo.
Acribillada de dolor, con un nudo en la garganta, en las tripas y en el corazón Lucía Esteso da vida, conmovedoramente y conteniendo la emoción que se le derrama, casi imperceptiblemente, a la víctima del terrorista mientras pide explicaciones, las que sabe que no va a tener, porque no existe: es la verdad, no hay otra, debe seguir viviendo.
Junto a ellos en el dificilísimo rol (que resuelve con enorme naturalidad y eficacia) de ser la voz del espectador se encuentra Nacho Hevia en el papel de entrevistador. Suya es la responsabilidad de (en torno a sus preguntas, alrededor de su sinceridad) conseguir (y lo hace con creces) que se transmita toda la sinceridad necesaria para conmocionar al espectador.
Zara Sobral les guía y encamina, para que nada se pierda, para que nada distraiga, para que nada haga olvidar cada gesto, cada palabra, cada mirada.
Esta función es extraordinaria en todos los sentidos de la palabra. Del primer al último minuto de está abarrotado de verdad, de sinceridad, de dignidad.
“Ni con tres vidas que tuviera” es teatro puro, es teatro único, es teatro a tumba abierta. Es teatro que conmueve y conmociona. Es, en suma, teatro imprescindible.
*Luis de Luis es crítico teatral.
Ficha artística
Reparto
Exterrorista
Jorge Cabrera
Víctima
Lucía Esteso
Periodista
Nacho Hevia
Dramaturgia
José Pascual Abellán
Dirección
Zara Sobral