Primera gran retrospectiva de su obra en el Grand Palais
He visitado en París, en la presentación matinal a la prensa, la exposición retrospectiva «Velázquez» organizada en coproducción por el Museo del Grand Palais, el Museo del Louvre y el museo Kunsthistorisches de Viena. Un importante botón de muestra de su obra pictórica, a pesar de algunas señaladas ausencias, que no dejan de sorprender en una operación como esta, que tiene un fuerte potencial de marketing, dirigida a un amplio público.
No verán aquí ni las Meninas, ni las Hilanderas, ni muchas otras de sus obras más célebres, el Museo del Prado solo ha dejado salir siete de sus cuadros en esta ocasión, entre ellos el no menos magnífico “La fragua de Vulcano”. Como lo explica el dossier de prensa en un largo artículo justificativo el cuadro más famoso de Velázquez “Las Meninas” no ha podido viajar a París.
La explicación que dan los organizadores es que “Las Meninas, son más que un cuadro… un monumento.. y los monumentos como las catedrales hay que visitarlas en su lugar de origen”. Poco convincente explicación, que va a decepcionar a más de un visitante, que como en mi caso avanzaba en la exposición preguntándome cuando me iba a topar con las Meninas… pues bien, a modo de consolación hay un vídeo que explica el afamado cuadro, en una sala en la que se exponen obras de Juan Bautista Martinez del Mazo, discípulo y yerno de Velázquez, que hizo entre otras obras una reproducción menor de las Meninas.
Diego Velázquez, a quien el maestro del impresionismo Eduard Manet calificaba como “pintor de los pintores”, es sin duda la asignatura pendiente en Francia y en el Louvre parisino, pues ningún cuadro del célebre pintor sevillano figura en las colecciones del conocido museo francés. El Louvre posee solo seis cuadros atribuidos al taller de Velázquez, pero que los expertos no consideran como obras originales del pintor. Un desencuentro histórico entre París capital universal del arte y Velázquez, que viene a colmar ahora esta primera gran retrospectiva de su obra organizada en Francia.
Del centenar de obras de Velázquez que existen repartidas a través del mundo, la inmensa mayoria se encuentran en el madrileño Museo del Prado, la exposición que presenta el Museo del Grand Palais en París, del 25 de marzo al 13 de julio próximos, reúne 51 cuadros de Velázquez, y otras 68 obras relacionadas con su obra, todas ellas prestadas por museos internacionales y colecciones privadas. No es por lo tanto esta una exposición exhaustiva o completa de la obra de Velázquez, pero si la primera y más importante retrospectiva hasta la fecha en Francia, que merece la pena saludar.
Para quien conoce el Museo del Prado, y la mayoritaria obra de Velázquez allí reunida, la exposición de París tiene sobre todo un evidente valor añadido: el poder descubrir obras poco vistas hasta la fecha, o procedentes de colecciones privadas, museos y ciudades tan diversas como Boston, Londres, Valencia, Chicago, Orleans, Sarasota, Cleveland, Berlín, Nueva York o Viena…
Un buen viaje pues a través de las obras de Velázquez en el mundo, que pasa necesariamente por Madrid y el Museo del Prado. Destaquemos entre otras obras presentes en París: “La venus del espejo” National Gallery de Londres, “Retrato del Papa Inocencio X” Roma-Galeria Dora Pamphili, o “La mulata” uno de los primeros cuadros de Velázquez (1617) Chicago-The art institut.
El recorrido de la exposición está estructurado con una escenografia sobria e intimista bien calculada, que nos lleva primero desde su nacimiento en Sevilla y su aprendizaje artístico en la escuela de Francisco Pacheco, a sus variaciones naturalistas, sus bodegones o naturalezas muertas, o sus primeros retratos y su entrada en la Corte de Madrid como pintor del Rey.
Asistimos después a su primer viaje a Italia como pintor de la Corte, su gusto por el paisaje, la influencia de Caravaggio y de la pintura italiana, sus retratos del Príncipe Baltasar Carlos, o sus cuadros sobre temas profanos y mitológicos. Velázquez retratista, es el tema del penúltimo espacio de la exposición, con su segundo viaje a Italia, antes de culminar la exposición con los Velazqueños, o “Velázquez después de Velázquez”. El recorrido a guisa de despedida, se cierra con el espectacular cuadro “Caballo blanco” de Velázquez, prestado por el patrimonio nacional del Palacio Real de madrid y dos autoretratos del pintor.
Paris va a vivir así durante más de tres meses al diapasón del arte Velazqueño, y para mejor sensibilizar a la población con esta exposición, la RATP, el metro de París –que es patrocinador del evento- expone durante siete días, del 23 al 30 de marzo, nueve reproducciones de cuadros de Velázquez en la estación George V, entre ellos los ya citados “Venus del espejo” y “Retrato de Inocencio X”. Una gran exposición en el Grand Palais y una vitrina de divulgación suburbana que dan a conocer y hacen accesible la obra de Velázquez a un amplio público.
Esperemos que las antes citadas ausencias incitarán a los que no las conozcan a visitar un día “Las Meninas” y “Las Hilanderas” en el tan querido como indispensable madrileño Museo del Prado.