Tomás de Perrate, cantaor utrerano de voz recia pero dulce, rajada y flamenca por los cuatro costados. Él sí puede decir que forma parte de toda una serie de gloriosas dinastías gitanas flamencas de Jerez, Utrera, Lebrija, Algeciras.
Él es de los Fernández (Perrates) de Utrera, de los Soto de Jerez, de los Peña de Lebrija. Nieto del mítico Manuel Torres, sobrino de María la Perrata, hijo de Perrate de Utrera, primo de Juan Peña el Lebrijano, primo segundo de David Peña Dorantes, emparentado con las dos grandes damas de Utrera, Bernarda y Fernanda, con los Terremoto de Jerez…Me pierdo…
La noche del lunes 14 de enero 2019 cantó acompañado de la guitarra sabia, virtuosa, creativa y versátil del jerezano Alfredo Lagos en el auditorio del recientemente inaugurado Museo Romano de Nîmes (Musée de la Romanité). Sobre un estrado, unos centímetros a ras de suelo. Dos sillas de enea, una mesita a la derecha de Perrate. Nada de micrófonos, en concierto acústico, con amplificadores invisibles.
Este concierto está esencialmente basado en el espectáculo estrenado en el Teatro Central de Sevilla en el marco de la XX Bienal 2018 titulado Soleá Sola, con el que Perrate inició un nuevo ciclo de apertura a otras músicas y a otros experimentos escénicos, con su voz siempre como fondo y con un gran elenco de artistas.
Guitarrista troncal Alfredo Lagos, guitarrista invitado Paco de Amparo, descendiente del gran Diego del Gástor, el saxo de Juan Manuel Jiménez y la percusión de Antonio Moreno, ambos de Proyecto Lorca y como artistas invitados la cantaora Inés Bacán y el guitarrista eléctrico Raúl Refree. Una apertura a músicas contemporáneas en las que se inserta el flamenco de raíz del cante y otras cosas, como el guiño a Astor Piazzola, romances medievales y como fin de fiesta la chacona Boa Doña.
Soleá Sola no es un proyecto revolucionario, es algo que ya han hecho otros artistas desde hace años. Su originalidad reside en la apertura del propio Perrate a la experiencia de constatar el efecto sonoro de su voz, tanto con sus registros de raíz flamenca como con otros registros nuevos para él. Es una experiencia personal, un cambio de ciclo, una mirada a mayor libertad expresiva, a un darse cuenta de las múltiples posibilidades musicales que tiene a su alcance, solo basta asomarse a ellas y ponerlas en práctica. No deja de ser una decisión valiente, que ¡aún a estas alturas del siglo XXI! no todos comprenden. Pero eso a Tomás de Perrate no le importa poco ni mucho. Quien quiera quedarse anclado en el pasado es responsabilidad suya.
En el concierto de Nîmes estaban solos, mano a mano cantaor y guitarrista. Y empezaron con el conocido Romance de Melisenda a compás de soleá por bulerías. Tomás presenta y muy bien todo lo que va a interpretar y también nos cuenta que esta noche es la de la inauguración musical de este auditorio del Museo Romano. ¡Desde el 2 de junio 2018 que se inauguró, primer concierto!
Ahora sigue por seguidillas que no seguiriyas antiguas de Alosno, de donde derivan las sevillanas, los fandangos de Huelva y quizá las bulerías. Tomás de Perrate dixit.
La complicidad entre ambos artistas es patente en cada momento y también la participación creativa de Alfredo Lagos. Uno de los grandes momentos de la noche es la soleá de Utrera y Lebrija. Perrate aprovecha la presentación para decir que la magia está en el tempo, que ningún cante flamenco es libre, aunque es cierto que hay quien no piensa así. Quizá en un tiempo muy lejano fue así con algunos cantes, incluso dicen que la seguiriya. Cuando el flamenco era cosa de campesinos y patios de vecinos, cuando no tenía el reconocimiento social que tiene ahora.
Bulerías de la casa, seguiriyas de Lebrija, y aquí la guitarra suena quasi religiosa de puro solemne. Hay un efecto cante y toque que parece que la guitarra cantara y la voz se transformara en instrumento. Momentazo.
Llegaron las novedades con los tangos griegos, porque los tangos de Astor Piazzola que interpretan a continuación ya son desde hace tiempo, gracias a Camerata Flamenco Project materia flamenca. Pero aquí, con Perrate y Lagos, suenan mucho más flamencos, aunque también algo porteños y sobre todo vuelven loca a la audiencia con su Loco, loco, loco. Aquí Tomás de Perrate se pasa de sobrao en el registro más porteño de su voz flamenca.
Como en Sevilla, la noche termina con la Chacona del siglo XVIII, Boa Doña. Muy actualizada, viva y excelentemente teatralizada por Perrate con la contribución imprescindible de Alfredo Lagos, quien en este festival muestra al público su enorme versatilidad, aquí y sobre todo en el espectáculo de Leonor Leal, del que ya hablaremos.
Hablé mucho con Tomás la mañana previa al concierto de la voz de Utrera, de las peculiaridades de la bulería utrerana y otras diferencias, idiosincrasias y matices que hacen única por muchas razones esta geografía aledaña al Guadalquivir, Alcalá de Guadaíra, Lebrija, Utrera, Morón y Jerez de la Frontera… Y por supuesto Sevilla, Cádiz y Los Puertos.
Y esta noche aprendo de la mejor manera posible, con el cante cercano de Tomás de Perrate, cante que hoy en día representa esa voz y estilo utreranos, de esa mayor apertura del cante, de esa peculiar lentitud llena de viveza, de esa bulería solemnizada que la acerca a la espiritualidad de la soleá…matices que dotan de personalidad propia al cante de Utrera, que en definitiva enriquecen este arte que nunca se acaba de aprender, que hasta el poeta maestro de flamenco José María Velázquez – Gaztelu me dice que él tiene carnet de aprendiz.
Seguiremos con Tomás de Perrate muy pronto, con una entrevista y con muchas otras cosas que aporta este magnífico Festival de Nîmes.