El periodista Octavio Rojas Hernández, corresponsal del periódico El Buen Tono en el municipio de San José Cosolapa, Oaxaca, en el que desde hace unos meses ejercía además como jefe de comunicación social del ayuntamiento, fue asesinado el 11 de agosto de 2014, informa Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Según testigos que presenciaron el ataque, antes de sentarse a comer, Octavio Rojas se puso a hablar afuera de su domicilio con un desconocido, quien simuló estar interesado en comprarle su coche. Acto seguido, el hombre le disparó cuatro tiros antes de huir sin decir nada.
A pregunta expresa de RSF, sus colegas de El Buen Tono dijeron que posiblemente la muerte de Rojas Hernández estaría relacionada con un artículo que publicó el pasado 9 de agosto en el que se refería a una operación militar para detener a una banda criminal conocida como los “Chupaductos”. El artículo sugería además la posibilidad de que el director de la policía municipal, prófugo desde hace un par de días, formara parte de la banda.
“Exigimos que las autoridades federales atraigan la investigación” ha declarado Camille Soulier, responsable del Despacho Américas de RSF“. En abril pasado, con motivo de la visita a México de Christophe Deloire, secretario general de la organización; el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, había reiterado su completa y absoluta voluntad de llevar a cabo una restructuración del Mecanismo federal para la protección de periodistas, pues la seguridad de ellos es una cuestión prioritaria. Han pasado ya casi cinco meses y no percibimos ningún cambio y el número de víctimas no ha dejado de crecer”
El diario El Buen Tono, con sede en el estado de Veracruz, denunció en abril de este año que ha sido amenazado. Asimismo, en 2011 un grupo armado incendió sus instalaciones y hasta la fecha las investigaciones continúan inconclusas. En 2013, la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión se declaró incompetente y transfirió el caso al ministerio público local. Los estados de Oaxaca y Veracruz son tristemente famosos por su alto índice de inseguridad, ocasionado por la fuerte presencia de carteles y la corrupción de sus autoridades.
México hace honor a su reputación de ser el país más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo. En efecto, Octavio Rojas Hernández es el quinto periodista asesinado en el 2014. El 31 de julio, su colega Indalecio Benítez Mondragón logró escapar a un atentado perpetrado por hombres armados, en el cual murió su hijo de 12 años, Juan Diego Benítez.
México se encuentra en el lugar 152, entre 180 países, en la edición 2014 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras.