En competición hemos visto tres películas de géneros y horizontes muy diversos. “La entrega” ( The drop) del director estadounidense Michael R. Roskam, es una interesante película de género con gansters chechenos y un antihéroe de contenida violencia, bien interpretado por el excelente actor Tom Hardy.
Bob, es un tímido camarero que trabaja en uno de esos turbios bares mafiosos de Nueva York, que sirven de tapadera al blanqueo de dinero de clanes mafiosos. Los malos son aquí chechenos, tristemente conocidos por su sanguinaria violencia. Bob es un hombre de oscuro pasado, y aparentemente simple de espíritu, que va a menudo a misa, aunque no comulga, y que cuida de un perrito pitbull que se encontró en la calle malherido, junto a la casa de una joven desempleada y algo perdida en el barrio.
Un guión escrito por Denis Lehane –autor entre otros guiones de «mistic river»- en el que se habla de gente sencilla, de dos perdedores atrapados de una forma u otra en ese mundo de tráficos y de violencia y que van a intentar sobrevivir a una serie de amenazas y manipulaciones.
Brillante también la interpretación del fallecido James Gandolfini, en el papel del dueño del bar, que da peso y credibilidad a la trama y al suspense.
«Haemu» es una película surcoreana de Shim Sung Bo, que empieza de forma prometedora, y sugestivas imágenes en un puerto pesquero, en donde el hosco patrón de un barco de pesca en crisis se deja tentar por el tráfico de trabajadores ilegales. Los clandestinos vienen de China y esperan encontrar en Corea una vida mejor. El barco pesquero se hace a la mar con tripulación reducida, y en alta mar recogen a los emigrantes en plena tempestad.
Lo que parecía un relato con contenido social se transforma sin embargo a partir de ahí en una película de horror, cuando se produce un accidente en el navío en el que pierden la vida los emigrantes. La presencia de mujeres a bordo, va a levantar la libido de los marineros, provocando incluso una historia de amor entre un joven marinero y una emigrante china, que tendrá amargo desenlace.
«Las mujeres a bordo traen mala suerte» dice el muy misógino y salvaje capitán, quien al ver la muerte accidental de su cargamento humano, decide eliminar a todo bicho viviente para no dejar huellas.
Shim Sung Bo es uno de los mas destacados guionistas coreanos, autor entre otros, de «Crónica de un asesino en serie» 2003 dirigida por Bong Joo Ho, concha de plata aquel año en San Sebastián.
La mujer sin rostro
«Phoenix» del director alemán Christian Petzold, empieza con una evidente referencia a «La mujer sin rostro» de Georges Franju, ese magnífico clásico que inspiró también a Pedro Almodovar en «La piel que habito», pero en esta ocasión la trama se sitúa en la Alemania año cero destruida, recién terminada la segunda guerra mundial.
El resultado es decepcionante. El comienzo era por lo tanto prometedor, el regreso a Berlín de una mujer desfigurada, escapada de los campos de la muerte. Una cantante que se somete a la cirugía estética para recuperar su rostro y que busca al mismo tiempo encontrar a su marido, que la traicionó y divorció al darla por muerta.
Pero a partir de ahí todo falla, tanto en el guión que resulta increíble como en su tratamiento que carece de fluidez. El encuentro entre el marido y su mujer irreconocible con su nuevo rostro, hace inverosímil todo lo que sigue y la trama según la cual el cónyuge traidor le pide que se haga pasar por su esposa para recuperar su herencia.