“La doctora de Brest” de la francesa Emmanuelle Bercot es una película cargada de excelentes intenciones, pero cinematográficamente poco convincente tanto por su realización, como por la interpretación sobreactuada de su principal intérprete, la veterana actriz danesa Sitse Babett Knudsen.
El guion está basado en el libro de la doctora Inés Frachon “La fille de Brest/150 milligrames”, medica especialista del pulmón, que descubrió en un hospital en Brest los efectos nocivos de un medicamente, el Mediator, comercializado desde hacia treinta años por los Laboratorios Sirven. El resultado no está sin embargo a la altura de sus buenas intenciones.
Mi decepción es doble, primero porque el tema basado en un hecho real: la denuncia del escándalo del Mediator y la actitud criminal de la industria farmacéutica en Francia y en el mundo, tenía todo para obtener mi aplauso por adelantado. Pero como a menudo en las películas de Emmanuelle Bercot, la realización está más cerca del telefilm que de una profunda reflexión sobre la imagen y la puesta en escena. Segundo, porque me encanta a veces el trabajo de esa actriz danesa, como por ejemplo en “L’hermine” de Cristian Vincent, en un trabajo profundo y contenido frente a Fabrice Luchini, mientras que aquí resulta histriónica, sobreactuada y caricatural.
El tema del Mediator, o cómo la industria farmacéutica escondió la información sobre las consecuencias nefastas de uno de sus medicamentos, provocando la muerte de cientos de personas, merecía a mi juicio un tratamiento más riguroso y menos efectista. Tanto en su rápido montaje, su música adicional excesivamente subrayada, como en su mirada sobre el mundo de la prensa y de la sanidad, y en el tratamiento del personaje de esa valiente mujer, la doctora Inés Frachon, todo resulta previsible y superficial.
Emmanuelle BercotEmmanuelle Bercot, actriz, guionista y cineasta, se ha destacado sobre todo por sus trabajos como realizadora en televisión. En el cine, su primer largometraje fue “Clement” en 2001, y con “La tete haute” abrió en competición el festival de Cannes en 2015, película que aunque no suscitó el entusiasmo de la crítica, era no obstante muy superior a “La doctora de Brest”.