La sombra de Melville en una brillante película argentina
Ganadora el año pasado de los dos premios de Cine en construcción, llega ahora ya acabada a las pantallas de San Sebastián en la sección Horizontes Latinos, “La educación del Rey”, opera prima del cineasta argentino Santiago Estévez, coescrita con el guionista Juan Manuel Bordón, con claves de género policiaco, que nos hacen pensar en las mejores películas del francés Jean Pierre Melville.
Con un excelente guion que busca su inspiración en los grandes clásicos del western, el dúo Estévez-Bordón nos sirve una historia de iniciación y aprendizaje entre personajes cargados de humanidad.
Un joven aprendiz de delincuente tras un fallido robo con su hermano, se cae en su huida en el patio de la casa donde vive Carlos, un exguardia de seguridad retirado, de oscuro pasado penal, que con su esposa va a buscar protegerle, y le trasmite su propia experiencia.
Santiago Estévez, natural de Mendoza, sitúa la acción en esa localidad que conoce bien, y en su casting ha utilizado actores mendocinos que vienen del mundo del teatro como el joven Matías Encinas, o bien Elena Schnell, pero también un gran veterano bonaerense: Germán de Silva, al que los cinéfilos recordaran en su nutrida filmografía por ser el camionero de la muy premiada “Las acacias” del también argentino Pablo Giorgelli 2011.
Aunque se trata de una ópera prima, primer largometraje de ficción, Estévez no es un neófito en el mundo del cine, sino que tiene una larga experiencia como montador, entre otros con su compatriota Pablo Trapero. Este guion original que empezó siendo una serie para televisión de ocho capítulos, que era muy larga, se ha transformado con mucho trabajo después en una película para el cine, tras su paso por cine en construcción, con un final abierto que permite a cada cual mejor imaginar a su manera el devenir de Rey.
El titulo de la película, que puede hacer pensar en un monarca, se refiere en realidad al personaje de Reynaldo, al que los amigos llaman el Rey, que va a verse transformado en una doble educación en un nuevo entorno familiar y en su afirmación como delincuente al hacer frente a una red de violentos policías corruptos.
Esa historia de iniciación entre un viejo gánster con sentido del honor, y un joven inexperimentado, que me hace pensar inevitablemente en Jean Pierre Melville, tiene como telón de fondo una situación bien documentada en Argentina, que se refiere a esas brigadas de policías corruptos que utilizan jóvenes delincuentes para robar y enriquecerse. Casos muy recientes han venido a alimentar y corroborar dicha corrupción policial en Argentina. La realidad superando de lejos la ficción.
El resultado es pues una película de gran calidad en su realización, ajustado montaje y excelentes intérpretes, que hubiese merecido en mi modesta opinión, un lugar en la selección oficial de este festival, y que es pues seria candidata al premio Horizontes Latinos.
El director argentino Santiago Estévez y su actor Matías Encinas, han asistido a los encuentros de Desayunos Horizontes en San Sebastián.