Cerrando la competición de Horizontes Latinos hemos visto “Los sonámbulos” de la argentina Paula Hernández y “Chicuarotes” del actor y director mexicano Gael García Bernal.
“Chicuarotes” es la segunda película de ficción como director del afamado director mexicano Gael García Bernal. Actor de nutrida y brillante filmografía (“Amores perros”, “Y tu mamá también” de Alfonso Cuaron, “Diario de motocicletas” de Walter Salles, “No” de Pablo Larrain, “La mala educación” de Pedro Almodóvar, etc.). Gael García Bernal ha tardado doce años en pasar de nuevo a la realización, después de “Déficit” en 2007.
Se trata de un guion de Augusto Mendoza ( guionista de “Abel” de Diego Luna”), que habla de la desesperanza de dos jóvenes de una barriada pobre en San Bernardo, Xochimilco. Los protagonistas que tienen nombres tan cantinfleros como Cagalera y Moloteco, intentan sobrevivir en una sociedad opresiva entre la violencia familiar y la miseria. Disfrazados de payasos practican la mendicidad pero también el robo, hasta que un día deciden dar un paso más secuestrando al hijo de un carnicero.
En su tratamiento García Bernal opta por introducir elementos de comedia y humor, entre la farsa cómica y el drama, al abordar el tema de la violencia contra la mujer y los secuestros de niños a través de esos dos personajes que son a la vez verdugos y víctimas en su propio entorno. Chicuarotes tiene el tono de una fábula, en la que son finalmente los personajes femeninos, las chicuarotas, las que salen mejor paradas en su comportamiento.
La imagen de unas larvas de salamandra son para Bernal la metáfora que resume el carácter de esos dos patéticos payasos delincuentes que dan vueltas sobre si mismos sin conseguir salir del bocal que les agobia y les rodea.
“Los sonámbulos” de la argentina Paula Hernández es un guion original sobre el muy recurrente tema de la familia argentina. Después de “La herencia”, “La lluvia” y “Un amor” esta es su cuarta película con un relato cuyas influencias fílmicas van desde “La ciénaga” de Lucrecia Martel a “Festen” de Thomas Vinterberg.
La acción se sitúa en una casona argentina en el campo, en donde se reúne una familia numerosa en pleno verano argentino, el día de nochevieja. La abuela, los dos hijos y sus esposas, los nietos, adolescentes y niños, una multitud de personajes que se cruzan en ese caserío.
Los personajes centrales son Luisa (Érica Rivas) y su hija sonámbula en plena crisis de adolescencia (Ornella D’Elia), quienes cada una a su manera son personajes que resumen la voluntad de liberación de la mujer en esa agobiante estructura familiar, en la que la abuela (Marilú Marini, veterana actriz argentina afincada en Francia) ocupa el lugar del fallecido patriarca.
Los dos hermanos, que se pelean por la herencia, y reflejan el machismo en sus relaciones de pareja, son los excelentes actores argentinos Daniel Hendler y Luis Ziembrowski. Este último era ya el intérprete principal de “Un amor”.
Esa reunión familiar da lugar al estallido de pequeños y más graves conflictos, coqueteos, rencillas, disputas de dinero cuando la abuela anuncia su decisión de vender la casa familiar, crisis de parejas, o crisis de adolescencia de esa jovencita sonámbula. Esa acumulación de conflictos conducen a un previsible estallido dramático final.
El sonambulismo y las imágenes nocturnas que dan al relato una atmósfera de inquietud y suspense, son la metáfora que maneja Paula Hernández para describir ese microcosmos familiar como reflejo de la sociedad argentina actual, en donde la violencia contra la mujer, el abuso sexual y la lucha por el aborto legal, ocupan la primera plana de la actualidad.
Gael García Bernal director de “Chicuarotes” y el equipo de “Los sonámbulos” han acudido a los encuentros de Desayunos Horizontes.