“Agosto”, del cubano Armando Capó, “El príncipe” del chileno Sebastián Muñoz, y “Los tiburones” de la uruguaya Lucía Garibaldi, tres primeros largometrajes que compiten para el premio de Horizontes Latinos, con temas muy diversos: de la crisis de los balseros en Cuba, a la difícil adolescencia de una jovencita o la homosexualidad en el Chile de los años setenta.
“Agosto” coproducida con Costa Rica y Francia, es la primera película de ficción del ya veterano documentalista cubano Armando Capó, que imparte además cursos en la Escuela de cine de San Antonio de los Baños. Una película que fue posible gracias a su paso por el Foro de Cooperación y por Cine en construcción (que organizan conjuntamente los festivales de San Sebastián y Cine Latino en Toulouse).
El guion de Abel Arcos está inspirado en los recuerdos de infancia y adolescencia del propio director, y se sitúa en un pueblo pesquero en 1994, durante el llamado periodo especial, con el estallido de la crisis de los balseros. La miseria y el hambre condujo a muchas familias cubanas a escoger el peligroso camino del exilio.
El personaje central es Carlos, un adolescente que ve llegar a su pueblo esa invasión de balseros, sus primeros escarceos amorosos, su inquietud al ver tantas familias dislocadas o desaparecidas y sus conversaciones con su abuela, la excelente actriz cubana Verónica Lynn.
Aunque el guion no apunta las responsabilidades políticas ante tal situación, constata con valentía la situación que se vivía en esos años en la isla. Un tema que sigue siendo tabú aun hoy en Cuba. Estreno previsto en la Habana el próximo mes de diciembre.
“El príncipe” del chileno Sebastián Muñoz es una adaptación al cine de la novela homónima de Mario Cruz, que aborda el tema de la homosexualidad y la vida carcelaria en el Chile de los años setenta, cuando recién llega al poder el gobierno de Salvador Allende, creando una fuerte ola de esperanza en el país.
Junto al joven actor Juan Carlos Maldonado en el papel del príncipe, la verdadera espina dorsal de la película es el siempre brillante actor chileno Alfredo Castro, en el papel de “el potro” cacique en una cárcel para hombres, que toma bajo su protección al recién llegado joven acusado de un crimen pasional.
De la relación de sometimiento y dominación del comienzo, la relación entre el potro y el príncipe se va a transformar en historia de amor y solidaridad, mientras que paradójicamente en esa atmósfera de violencia carcelaria, la explosión trágica vendrá con la muerte de un animal, el gato Platón.
El relato está construido en forma de flash backs repetidos que van explicando poco a poco al espectador las causas del crimen cometido por el príncipe, y el pasado del potro, que se encuentra atrapado en esa espiral de violencia que genera la cárcel.
En su tratamiento y realización Sebastián Muñoz se ha inspirado muy en particular en ese clásico del cine brasileño que es “El beso de la mujer araña” de Héctor Babenco, pero también en películas como “Expreso de medianoche” de Alan Parker o “El profeta» de Jacques Audiard. El célebre bolero, o vals venezolano “Ansiedad” es la canción que acompaña este trágico relato.
“Los tiburones” de la uruguaya Lucia Garibaldi, es una coproducción con Argentina y España, y fue premiada en Cine en Construcción en Toulouse y Sundance. Con solo dos cortometrajes en su haber Lucia Garibaldi muestra con esta película una gran madurez y precisión tanto en la escritura del guion como en su realización cinematográfica.
La trama de “los tiburones” estaba ya en embrión en su corto “colchones”, y nos habla aquí de un pueblo pesquero en donde corre el rumor de que hay tiburones en la costa. En ese contexto social vive una adolescente, hija de un jardinero, que se siente atraída por un joven mayor que ella y ante su indiferencia va a a tramar numerosas argucias y manipulaciones.
El papel de la joven Rosina lo interpreta con mucho talento la joven actriz Romina Betancourt, en el personaje de esa jovencita insatisfecha, celosa, introvertida y algo perversa. Lucia Garibaldi filma su intimidad, su insatisfacción y desasosiego provocado por el descubrimiento de la sexualidad y de su propio cuerpo. Todo ello en una atmósfera algo irreal y con logrado suspense.
El sugestivo lugar de rodaje es Punta colorada, cerca de la estación balnearia de Piriapolis. En su realización Garibaldi alterna los planos muy cerca de su personaje y de su intimidad con los espacios abiertos en exteriores, con un interesante trabajo sobre la luz y el color.
Los equipos de las tres películas citadas acudieron a los encuentros de Desayunos horizontes.
[…] recordamos en una excelente interpretación en ‘Gloria‘), Alfredo Castro (‘El príncipe‘), Andrew Bargsted (‘Nunca vas a estar solo’), Gastón Salgado, Consuelo […]