Luis de Luis [1]
¡Ah la familia! ese microcosmos tan querido por el autor. Ese lugar, ese sitio, ese espacio, ese club exclusivo para sus miembros donde, se haga lo que se haga, se diga lo que se diga cada uno de ellos será entendido y comprendido incluso, a veces, muy a su pesar.
Es a ese lugar, ese estado mental o, mejor dicho, emocional; es a ese lugar inagotable e insondable al que Ramón Paso vuelve una y otra vez en sus obras: para darle forma, para completar las frases que se quedan a medias, para definir las emociones que se esbozan, para aflorar los pensamientos que se quedan sueltos, deshilachados u ocultos.
“Lo que mama nos ha dejado” comienza, sin duda en honor a sus ilustres mayores, como una comedia de teléfonos (no tan) blancos, como una función de sofá que empieza con la reunión de tres hermanas que no vienen a deshacer la casa, sino a casa deshecha y, a partir de ahí, se dispara una obra de humor marxiano y fisicidad chapliniana llena de diálogos sordos, brincos y volteretas, desplantes y descaros que solo están al alcance de cómicas a punto de nieve como Ana Azorín pisando suelo, Inés Kerzán pisando cielo, Ángela Peyrat pisando firme y, la recién llegada, Lorena Cervantes.
Y, como el que tenía tres hijas y las sacó de tres botijas, Carlos Seguí clava un dificilísimo (y extraordinario) papel de padre descarriado e insensato y compone un calavera, bonachón y teatrero, sensato y manipulador, sentimental e iluso, idealista irredento, romántico empedernido y, por tanto, feliz.
Y es que, en cierta manera, Ramón Paso ha vuelto a escribir el mito de Peter Pan. El niño eterno y egoísta, encantador y fascinante, huidizo, caprichoso y hechicero será, en esta versión del cuento, la madre ausente la que aparece en la certeza de los sueños. El padre de “Lo que mamá nos ha dejado”, el que aguarda sin pedir nada a cambio del privilegio de la vuelta del duende sería la Sra. Darling de la narración original que guarda el beso que parece un dedal oculto en la comisura de los labios.
Las tres hermanas de la obra serían, claro, los Niños Perdidos del cuento de Barrie quienes acaban por desesperar de las promesas del País de Nunca Jamás para acogerse al amparo de Wendy, es decir, de la señora Darling.
Conmovedora, compasiva y especial, a “Lo que mamá nos ha dejado” no le importa derrochar quilates de humanidad y denunciar con sinceridad que los sueños, sueños no son; lo que pasa es que no se ven a la primera, ni a la segunda; hay que venir al Teatro Lara de Madrid para aprender a descubrirlos.
- Luis de Luis es crítico teatral
Ficha técnico/artística
- Autoría y dirección: Ramón Paso
- Reparto Carlos Seguí, Ana Azorín, Inés Kerzan, Ángela Peirat, Lorena Cervantes
- Ayte. de dirección: Blanca Azorín
- Producción ejecutiva: Pasoazorín Teatro
- Jefa de producción: Sandra Pedraz Decker
- Iluminación: Pilar Velasco
- Vestuario: Inés Kerzan, Ángela Peirat
- Fotografía: Lucía Lera
- Diseño Gráfico: Ana Azorín