España es uno de los países que más contaminan el medio ambiente por el uso y abuso de las pajitas para beber. Al menos 13 millones de unidades se utilizan cada día lo que equivale a la cifra nada desdeñable de 5000 millones de pajitas al año.
En este sentido, la ONG Greenpeace exige que se establezca la prohibición del uso de materiales plásticos, así como pajitas, envoltorios de comida, botellas de bebidas, tapones, etc. para evitar la contaminación. Los ecosistemas marinos son los grandes dañados dado que las especies ingieren los restos; tortugas, peces y aves, además de otros mamíferos marinos que cada año mueren por asfixia tras haber intentado ingerir plástico.
Hay que resaltar que en España, que aún está muy lejos de la concienciación social antiplástico, solo el 37 % de los envases fueron reciclados.
Si se prohibieran la venta y distribución de elementos plásticos y se fomentara el consumo de agua pública frente a la embotellada, algo se podría ganar. En otro sentido, en los océanos el acetato de celulosa de las colillas, permanece contaminando como lo hace el plástico y son tirados al mar. Según Greenpeace, el tiempo de degradación del plástico depende del tipo y de las condiciones ambientales a las que se expone, tanto luz solar, como oxígeno y agentes mecánicos. Asfixia, estrangulación o desnutrición son los prinicipales daños que hace el plástico a las especies incluyendo el plancton, los crustáceos y los peces que también los ingieren y luego son ingeridos por nosotros.
Si se garantizara el retorno de los envases, se prohibieran el uso de microesferas de plástico, se estableciera una norma para el uso de las bolsas de plástico, y se propusiera una acción individual a favor del medio ambiente, todos podríamos contribuir a crear unos océanos mejores.