*Luis de Luis
Ya ha pasado el test del tiempo esta obra de Eloy Arenas que empezó a deambular por los escenarios hará casi dos décadas. Los etapas van pasando y esta función de humor caústico y generoso, que radiografía con sensibilidad y comprensión las pequeñas miserias de eso que se viene a llamar el ser humano, sigue en pie, fresca y recién escrita , interpelando, a sala llena, al público de los Teatros Lara. Es decir, “Entiéndeme tu a mi” es un clásico y siempre dice y dirá algo; y siempre tendrá algo que decir.
Hace mucho que Eloy Arenas es uno de los grandes, hace valer con seguridad y aplomo su personalidad escénica con el carisma de gran cómico que es, que ha sido siempre. No está solo, claro, César Camino, como un escurridizo pícaro, pulula y brujulea a su alrededor, incitando, pinchando y enredando a lo largo y ancho los cinco afilados y rotundos sketches plagados de lógica jardielescaque forman la función.
Así, a veces, Arenas y Camino, Camino y Arenas, mutan en una suerte de Gordo y Flaco, perplejos y resignados, como en el primero de los episodios en el que desarrollan la estupefacción de dos, por así decirlo, proveedores de escándalos a los partidos políticos, atrapados por sus propias vergüenzas intentando reconducir la situación hacia la dignidad aparente.
También hay mucho de Stan y Ollie en el episodio en el que un poderoso y un pelagatos, examinan, razonan, reelaboran, pactan y acuerdan, sus amores con la misma mujer; como hay mucho de Matthau y Lemmon, en el último de los sketches, en que dos accidentados (uno de la vista, otro de los brazos) deben ayudarse, entre regaños y dientes, entre tiras y aflojas, mutuamente a compensar sus carencias, durante un dialogo imposible que concluyen con una frase que hubiera bendecido el mismísimo Billy Wilder.
Surgen por otra parte, el espíritu de Tip y Coll, como cuando en una impecable escena camino adiestra a arenas para ser un cobrador del frac o aparece una irrefutable lógica marxista cuando Arenas muta de esposa relegada a machirulo ofendido ( si, como lo leen).
Y es que esta función, este juego a dos, ni que decir tiene, está interpretada y escrita como mandan los cánones del humor, es decir, con precisión exquisita, tanto textual como física y verbal. Es un humor de siempre, brillante e inteligente y, por eso, escaso y valioso.
Y es que “ Entiéndeme tu a mí” es, ya dije, un clásico. Nada más y nada menos. Y no opino, refiero.
*Luis de Luis es crítico teatral.
Ficha artística
Intérpretes
Eloy Arenas
César Camino
Texto y dirección
Eloy Arenas