El eurodiputado de EQUO en el grupo Verdes / ALE, Florent Marcellesi[1], sostiene que la posición duditativa de España en las negociaciones para reducir las emisiones de CO2 de los coches supone un lastre para cumplir los objetivos de París y que «el Ministerio para la Transición Ecológica de Teresa Ribera debe asumir que para que España pueda ser realmente decisiva en la política climática europea, su nivel de ambición tiene que ser mucho mayor».
El Consejo de Medio Ambiente de la Unión Europea, que ha reunido a las ministras y ministros de medio ambiente de sus 28 países, ha propuesto una reducción de las emisiones de CO2 de los coches de tan sólo el 35 % hasta 2030, y los países de la UE desoyen así el informe de los expertos climáticos de la ONU (IPCC) publicado el lunes, que urge a tomar medidas rápidas, drásticas y sin precedentes para limitar el calentamiento global a 1,5ºC tal y como establece el Acuerdo Climático de París de 2015. Esto implica que las emisiones netas de CO2 en Europa sean cero mucho antes de 2050.
Las negociaciones con la Comisión Europea y el Parlamento Europeo comenzarán pronto. La eurocámara propone que las reducciones sean del 40 %, un objetivo que pese a ser insuficiente para cumplir con los compromisos climáticos de la UE en París, servía como base para una negociación que elevara el nivel de ambición europea. La decisión de hoy deja a la UE en una posición débil de cara a la próxima cumbre climática de diciembre (COP24) en Katowice, Polonia.
Florent Marcellesi considera que “los Estados Miembro han cedido a la presión de la industria automovilística cuando, tras la publicación del informe de los expertos climáticos de la ONU ya no sirve el chantaje del empleo: limitar el cambio climático a 1,5º C generaría más de 18 millones de empleos netos».
Y añade que “esta decisión dificulta que podamos cumplir con nuestros compromisos climáticos adquiridos en la cumbre de París y aprovechar los enormes beneficios económicos, sociales y ecológicos que ello implicaría».
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