Existen diversas lesiones de la piel pero no todas son iguales. Lo que sí es cierto es que cuando una persona tiene alguna mancha que ha aparecido de repente, debe consultarlo con un dermatólogo, máxime si esta ha aparecido tomando el sol.
Las manchas que aparecen por aumento de los melanocitos son conocidas como léntigos. Son pequeñas máculas o manchas de color marrón que aparecen en cualquier zona del cuerpo que no desaparecen con la edad. En el caso de las personas mayores se denominan seniles porque aparecen a partir de los 70 años sobre todo en personas que han abusado del sol en la juventud.
Las lesiones pigmentadas dérmicas pueden aumentar por la melanina. Estas máculas pigmentadas pueden formar manchas más grandes y aparecen en la cara de las mujeres cuando han tomado la píldora anticonceptiva o durante el embarazo. En el caso de que exista un aumento de los melanocitos, el dermatólogo puede indicarle que tiene una mancha mongólica que aparece en el 10 % de los recién nacidos y sobre los 4 años en el resto de los niños, y en el 80 % de los asiáticos. Normalmente se sitúan en la región lumbosacra y son de coloración gris azulada.
Si, por el contrario, le han indicado que tiene nevus, es decir lunares, son melanocíticos adquiridos; es decir, van aumentando con la edad y tienen varios picos, uno entre la primera y la segunda década de la vida, además de otro a partir de la cuarta. Pasados los 50 años, los nevus suelen perder su pigmento y desaparecen. Si crecen y son gordos, altos y densos, nunca o casi nunca son malos. Se suelen asociar a pelos gruesos en la superficie y, como se enganchan con la ropa, es mejor quitarlos.
Los nevus de gran tamaño tienen una alta tendencia a degenerar en melanoma (entre el 5 y el 20 % en algunas personas), y se aconseja su eliminación, sobre todo si cambian de forma, tamaño o color. Estos se llaman displásicos, y normalmente tienen un diámetro mayor de 5 mm. Si quiere seguir la norma y saber si tiene peligro de padecer un melanoma, siga las letras ABCD: asimetría (a), bordes irregulares (b), color (c) y diámetro (d). Hay que descartar siempre una lesión maligna y que no padece el síndrome de los nevus displásicos, que tienen tendencia a malignizarse.
Ni que decir tiene que las personas con nevus no deben tomar nunca el sol.