Un reciente estudio advierte del impacto del cambio climático sobre la extensión de hielo en el ártico según las observaciones desde un satélite, en donde se justifica que el deshielo comenzó alrededor de 1800 tras el inicio de la era industrial.Así lo describe también un artículo publicado en la revista Nature el pasado mes de noviembre, que establece estas inestabilidades de la capa de hielo entre 1,5 y 2 ºC. La probabilidad de que el océano Ártico quedara libre de hielo en verano sería de una vez por siglo con un calentamiento global de 1,5 °C, frente a un mínimo de una vez por decenio con uno de 2 °C. Los arrecifes de coral disminuirían entre un 70 y un 90 % con un calentamiento de 1,5 °C, mientras que prácticamente todos ellos, más del 99 %, desaparecerían con uno de 2 °C.
Actualmente existe un 50 % más de agua de deshielo y se ha producido un aumento del 30 % en el siglo XX lo que da constancia del ritmo desenfrenado que está produciendo dicho cambio. La alarmantes conclusiones han sido el trabajo de observación de los núcleos extraídos del hielo glaciar y de un casquete costero en zonas de más de 1800 metros por encima del nivel del mar. El agua derretida durante la época estival se congela antes y evita perderse en el océano. Mediante este sistema se registra en el hielo una cronología de bandas congeladas que indican año por año las condiciones ambientales del terreno.
Equipo de perforación del hielo en Groenlandia. Foto: Luke Trusel ©«Las mediciones satelitales se emplean únicamente desde hace 80 años para comprender la respuesta del hielo al cambio climático. Estos nuevos registros de los núcleos de la capa superficial, combinados con los datos anteriores, proporcionan un contexto histórico crítico mucho anterior”, añade Matt Osman, del Programa Conjunto MIT-WHOI.
De estos datos se deduce pues, que a medida que la temperatura del aire aumenta sobre Groenlandia, el deshielo se acelera y por ello se considera de igual forma que, en lugar de derretirse a un ritmo constante si el clima se calienta, la capa se derretirá por cada grado de aumento en la atmósfera.
El último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) establece que aún siendo optimistas, si conseguimos limitar este siglo el calentamiento global a 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales, seguiremos sufriendo un aumento del nivel del mar durante el próximo siglo XXII.
“El cambio climático no es un problema de futuro, sino que está aquí y ahora. Su evidencia se conserva en el hielo y el impacto de la contribución de Groenlandia al nivel del mar depende en última instancia de lo que hagamos ahora y en un futuro muy próximo”, concluye el experto.
Para ellos, sería imprescindible que las emisiones netas globales de CO2 de origen antropogénico disminuyeran en 2030 en cerca de un 45 % respecto de los niveles de 2010. Además, deberían seguir disminuyendo hasta alcanzar el “cero neto” en 2050.