Mucho se viene diciendo desde hace años sobre este AVE, la mayor obra pública de la historia en Galicia. Desde incumplimientos varios en cuanto a la fecha de terminación, la última y reciente es 2018, antes fue 2013 y quizá alguna más, pero hay un tema relevante al que no acaba de dársele la debida importancia en este país.
Construir medios de transporte modernos sí, pero respetando la naturaleza, es decir, reduciendo a mínimos el impacto medio ambiental. Y ciertamente, en todas sus fases desde 2003, con distintos gobiernos autonómicos y nacionales, siempre se han hecho las correspondientes evaluaciones técnicas para minimizar este impacto. Evaluaciones que han sido aprobadas tanto por la correspondiente Comunidad Autónoma como por el Gobierno de España.
Si esto es así, ¿como es que a la hora de realizar la obra, no se respeta por parte de las empresas adjudicatarias lo que en su día fue evaluado y aprobado por organismos como los Ministerios de Fomento, Medio Ambiente, Subdelegación del Gobierno y Consellería de Medio Ambiente en Orense?
Me he puesto en contacto con la Sociedade Galega de Historia Natural y con Amigos da Terra en Orense.
En la Sociedade Galega me dicen que en principio el informe aprobado preveía la ocupación de 190.000 metros cuadrados para la construcción del tramo del AVE en Orense, entre Vilariño y Cerdedelo, en pleno Macizo Central orensano, pero las excavadoras iniciaron los trabajos sobre una planificación de explanado que abarcaba un total de 450.000 metros cuadrados, es decir 260.000 metros cuadrados sin aval técnico alguno, explanado que afectaba a unos dos mil castaños centenarios próximos al pueblo de Cerdedelo, en el municipio de Laza, no incluídos en el informe de Impacto Ambiental aprobado, así como a unos tres mil árboles de ribera del río Támega, castaños, nogales, álamos, abedules y otras especies de alto valor ambiental, vitales para los cauces de ríos de alta montaña, como el río Támega que nace a 950 metros de altura, en zona indebidamente ocupada y declarado lugar de interés comunitario (LIC) por la Unión Europea.
La Sociedade Galega de Historia Natural denunció hace un año ante los Ministerios de Fomento y Medio Ambiente, la Subdelegación del Gobierno y Consellería de Medio Ambiente en Orense, las obras de explanación no incluidas en el informe de Impacto ambiental aprobado para la construcción del AVE.
¿Cuál ha sido el resultado? De forma poco explícita me dicen hace unos días que ‘aunque la explanación sobrepasa algo los 190.000 metros cuadrados aprobados en su día, se ha conseguido que casi los otros 260.000 m2 no aprobados pasen a la historia’.
Los amigos da Terra. Su Presidente, Xosé Santos me escribe: “Aunque no al 100%, se consiguió que se respetara el castañar de Cerdedelo, que no se vio afectado por escombreras, pero sí por vías de paso y alguna pequeña explanación. Salvo la parte que ya estaba contemplada en el estudio de impacto ambiental (necesaria para un pilar del viaducto), el bosque de ribera en esa misma zona de Cerdedelo no se vió afectado en su parte terrestre. Sin embargo, se debe considerar el impacto sobre las aguas de los arrastres.
El tramo en cuestión, como el resto del trazado del AVE entre Ourense y Lubián, aún no está totalmente rematado. En el tramo de Cerdedelo el impacto ambiental fue algo mayor que el aprobado en la Declaración de Impacto, pero se consiguió minimizar el que ocasionarían las modificaciones pretendidas por la empresa constructora”.
Pero en conversación telefónica me dice que en efecto el Camino de Santiago, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO ha sido afectado por las obras. Y algo más: Me dice que los túneles a través del Macizo Central Orensano estaban presupuestados para hacerse con tuneladora pero en realidad se están haciendo a base de barrenas, -porque es más barato- y por supuesto no se tiene en cuenta ni el tiempo ni el impacto ambiental acústico que eso representa. Más: Orensanos en paro por buena parte de la geografía peninsular, han acudido a trabajar en las obras y como no hay nada más están siendo tratados como esclavos, con salarios de 4 euros por hora, incluídos domingos y festivos, horas extras, etc.
Hay testimonios como el de Isabel, francesa de nacimiento, hija de vecinos de Cerdedelo que ahora reside en Madrid. “No estamos en contra del AVE, sino de lo que están destrozando sin necesidad, hay otras formas”. “No ha habido un año en mi vida que no haya ido a Cerdedelo y el verano pasado me quedé impresionada: estaban arrasando con todo, árboles milenarios, era una locura”. Isabel cree que “el destrozo” es tan innecesario como poco rentable para las empresas adjudicatarias. “Hay otras formas más sencillas”.
Los vecinos de más de 80 años se llevan las manos a la cabeza cada vez que ven cómo abren pistas impracticables, con una inclinación tan grande que es imposible que pueda circular por ellas un autobús”. Cree que la acción vigilante y de denuncia da pequeños frutos. Y cita cómo, después de una constante denuncia en las redes sociales y en los medios de comunicación, la adjudicataria de la obra reparó, “dos días antes de las fiestas del pueblo”, la carretera de Laza a Cerdedelo que habían destrozado los enormes camiones.
Hay una cierta reticencia tanto por parte de la SGHN como por Amigos da Terra a identificar las empresas constructoras. “Son muchas, hay contratas, subcontratas y subcontratas de subcontratas. Me quedo con una de las adjudicatarias: Construcciones y Contratas. ¿Es ésta la que abre túneles a golpe de barrena en pleno 2013? ¿Los ministerios, consellerías etc., no tienen nada que decir? Y si había presupuestada una obra con tuneladora, ¿qué pasa con el dinero que no se gasta, ‘porque con barrenas es más barato?
¿Va a haber alguna vez honradez, transparencia y sobre todo conciencia sobre las consecuencias del impacto medio ambiental en este país?