Los hechos, aunque anecdóticos, no dejan de mostrar el sustrato que hay en determinados sectores de la sociedad marroquí. La Federación de Asociaciones de Panadería y Pastelería ha debido emitir un comunicado público oponiéndose a la decisión de algunas pastelerías y panaderías de no querer hacer dulces de año nuevo “por ser una celebración cristiana”.
Tres pastelerías, dos en Ait Melloul y una en Azrú, colocaron carteles en sus establecimientos señalando a sus clientes que no harían tartas, pasteles, ni dulces de año nuevo. Una de ellas, en su página de una red social, señaló expresamente: ‘No a la celebración de las fiestas cristianas’.
El hecho ha motivado un fuerte debate en las redes sociales tanto a favor como en contra. Así de momento se han recogido casi 2000 comentarios, más de 1100 apoyos y más de 580 críticas.
Unos señalan que es una actitud “medieval impropia del 2019” mientras otros alertan que le están haciendo el juego a los salafistas y takfiris, así como a organizaciones terroristas como el Dáesh (hay que recordar el reciente brutal asesinato de dos turistas escandinavas degolladas en Imlil). Por otra parte, los defensores señalan que los pasteles cristianos son ‘haram’, o sea pecado, y que se está en un país musulmán.
De hecho, uno de los dueños ha dicho que la celebración de Año Nuevo es de “cristianos y judíos, es la celebración del nacimiento de Dios para ellos, pues que lo celebren ellos, pueden comer pasteles el resto del año, espero que mi respuesta sea clara”.
Además, amenazó con presentar denuncias a todos aquellos que los ataquen o amenacen en las redes sociales calificando de “grave acusación y atentado a su dignidad” el querer vincularlos con una organización terrorista como Daesh.
La Federación de Asociaciones de Panadería y Pastelería en su comunicado denunció esta actitud describiéndola como un “exceso de celo” que no representa la opinión de la gran mayoría de locales de este tipo.
Añaden que todo el mundo tiene su opinión pero que no pueden expresarla “en la puerta de su negocio. Es un acto irreflexivo” aclarando que se ha puesto en contacto con la asociación de la zona de Agadir-Ait Melloul para solicitar más datos pero que las pastelerías que hicieron el anuncio no pertenecen a la federación “de lo contrario podíamos haber tomado medidas”.
También recuerdan que están al servicio de los clientes “sin excepción. No nos importa la ideología, etnia o religión”. Su presidente, Nouredinne Lafit, señala que si preguntara su religión a cada uno que entra en el local, ya solo quedaría “por hacer poner escáneres junto a la puerta”.
Recuerda que los establecimientos deben estar al servicio de los clientes ofreciéndole pan, dada su importancia para las familias marroquíes añadiendo: “este tipo de actitud no sirve al país, especialmente en el contexto actual que se orienta al turismo y a las inversiones extranjeras”.
“Esto puede crear controversia y ampliar los problemas del sector, cuando el Año Nuevo es una oportunidad. Somos empresas y nuestro comercio, nuestro medio de vida”, sostuvo.
Con ironía señaló que si se limitaran a vender productos de origen marroquí se quedarían solo con el msemmen (crepes marroquíes de masa de pan), harcha (pan o galleta típica marroquí, elaborada con harina de sémola de trigo) y beghrir (crépe típico del desayuno, en Melilla conocido como jeringo), no podrían vender croissants o baguettes porque son franceses.
Lafit zanjó el tema apuntando que la actitud de estas pastelerías “es un hecho aislado. Este tipo de discurso está desactualizado”.