Si usted acude al dentista porque aprieta los dientes de manera involuntaria por las noches cuando duerme y nota tensión en la mandíbula, algo no va bien.
Aproximadamente dos de cada diez personas padecen este hábito de rechinar o apretar los dientes llamado bruxismo, sobre todo cuando se relajan y realmente es una contradicción porque realmente no lo están haciendo al tenerlo. Esta fricción daña los dientes y propicia otras patologías dentales con lo cual es probable que el profesional le haga ponerse una férula de descarga.
Las causas del bruxismo realmente no están muy claras pero sí se relacionan con el estrés, la ansiedad y con una incipiente depresión con lo cual, aunque haya visitado al médico estomatólogo, tendría que pedir cita con un especialista en salud mental.
Cerca de un 20 % de la población mundial sufre bruxismo y en España, la cifra se dispara exponencialmente, un 70 % de la población entre los 25 y los 44 años de edad, en ambos sexos lo padecen, y sobre todo lo notan por la noche. En ocasiones cuando la persona sufre mucho estrés durante el día puede rechinar los dientes conscientemente o apretarlos involuntariamente pero no es lo corriente.
Los pacientes que tienen bruxismo además declaran otros síntomas claros que describen el estado ansioso en el que viven: dolores de cabeza intermitentes o de oído sin causa clara, tensión muscular en la cara, insomnio, erosión dental, aumento de la sensibilidad al frío o al calor, fatiga crónica, malestar general, dolores musculares o articulares, tristeza, entre otros.
En algunos casos, según se van cumpliendo años, la arcada inferior se va resumiendo y es normal que los dientes se apiñen. Como la oclusión no es correcta, el paciente intenta adecuar la mordida y comienza un hábito continuo para hacerlo que puede desembocar en bruxismo. Es realmente un círculo vicioso porque no es estrés pero le pone nervioso que no encaje la mandíbula con lo cual, frota los dientes constantemente como un tic. Para estos casos, se aconseja que el paciente recurra a los brackets para crear el espacio que la propia mandíbula ha resumido y que le pongan una barra retenedora una vez que el tratamiento ha finalizado.
En jóvenes y niños se ve con frecuencia en la clínica diaria porque hoy estos están estresados, juegan poco, se divierten menos y no tienen actividades al aire libre que les canse. Su ocio se limita a las pantallas y los juegos les generan estrés además de la presión académica normal, que se mantiene a lo largo del curso. Algunos casos de acoso escolar son el detonante bien porque el niño tiene una malformación bucal o bien porque es la forma de descargar su ira contenida.
La férula no es infalible pero ciertamente le ayudará a disminuir el rechinamiento dental y recubrirá los arcos dentales, superior e inferior de forma que incluso si hace deporte puede utilizarlas para proteger los dientes. Realmente no existe cura para el hábito del bruxismo pero sí existe una terapia conductivo conductual que le ayude a relajarse y a ser consciente de los movimientos involuntarios que procura. Dormir mejor, estar más relajado, hacer deporte (yoga, técnicas de relajación) y evitar tabaco y alcohol antes de dormir, sin duda, le ayudarán a tener mejores hábitos de vida y a controlar el estrés que le está haciendo daño probablemente en otros órganos y aún no lo sabe.