Una protesta masiva en las redes sociales marroquíes ha obligado a la retirada de las placas con los nombres de destacados salafistas wahabíes (versión radical del Islam) en el barrio Al Mansour Addahabi en la localidad de Temara, de más de trescientos mil habitantes, vecina a la capital, Rabat.
El Ayuntamiento que preside el alcalde, que además es diputado, Moh Rejdali, del gubernamental Partido Justicia y Desarrollo (PJD) retiró las placas el domingo 17 de mayo de 2020 justificándose en que no existió «mala fe». Uno de sus ediles, Abdelwahed Nekkaz, pidió que se dieran excusas a los vecinos del municipio describiendo la polémica como «desafortunada y triste».
Por su parte, otro edil del PJD, Kamal El Kahli, se negó a admitir la responsabilidad exclusiva de la elección de las calles con nombres de los clérigos salafistas. Señaló que las otras formaciones de derecha, centro e izquierda aprobaron la decisión de dar los nombres de religiosos radicales a las calles de Temara en 2006. Entonces había prisa porque había numerosas calles sin nombre.
La alcaldía la ostenta el PJD desde 2003 y el alcalde Moh Rejdali, en una declaración, señaló que los nombres provienen de 2016, y no de 2006 como cita su concejal, ironizando que los internautas también habían podido sacar fotos de nombres de calles de personalidades marroquíes que hay en la localidad.
Los nombres incluyen a los saudíes vinculados al wahabismo Ahmed Addahlouss y Khalid Saoud Lhalib, el egipcio Ahmed Anaqib, y a los kuwaitíes Khalid Assoltan y Khalid Alhomodi, todos conocidos por su radicalismo.
La polémica surgió después de que activistas y vecinos llamaran la atención sobre algunos letreros de las calles, aunque no eran nuevos, con el nombre de salafistas wahabíes de países del Golfo que promueven el «extremismo» mientras ignoran a pensadores, escritores y filósofos emblemáticos.
En este sentido hay que recordar que el 8 de marzo de 2019 el Movimiento Alternativo para las Libertades Individuales (MALI) «rebautizó» con nombres femeninos varias calles de la capital marroquí, Rabat, en un acto simbólico concebido para reivindicar la falta de nombres de mujeres.
Además, lo ocurrido coincide en pleno confinamiento –ampliado al 10 de junio 2020- y cuando Marruecos acaba de conmemorar los sangrientos atentados del 16 de mayo de 2003 perpetrados por el yihadismo radical en Casablanca, entre ellos, la Casa de España, con un balance de 45 muertos.
Reacciones y críticas
Hace unos meses, el intelectual y activista de los derechos humanos amazigh Ahmed Assid, de 58 años, quien vive en Témara, había llamado la atención sobre este «abuso de poder» pero fue en vano, preguntándose si el PJD quiere transformar a Temara en ‘Temaristán’.
El presidente del Foro de Modernidad y Democracia, Abdellah Eid Nizar, criticó a las autoridades de Temara por elegir los nombres de los salafistas en lugar de usar los nombres de marroquíes, como «si no se pudiera encontrar ningún otro nombre para las calles de la ciudad, que los nombres de los sheikh salafistas». «¿No es mejor darles a esas calles los nombres de científicos que ahora juegan un papel crucial contra la pandemia de covid-19?», preguntó.
«Esta decisión escandalosa plantea la cuestión de la verdadera lealtad de estos barbudos del PJD», resalta indignado un bloguero.
El presidente de la Asociación Marroquí para la Protección del Dinero Público, Mohammed El Ghalloussi, señaló en una red social que esta iniciativa «muestra el grado de difusión de las ideas extremistas dentro de las instituciones públicas», señalando que el Ministerio del Interior «debe abrir una investigación sobre los entresijos» de este caso.
El caso también motivó la reacción de la parlamentaria socialista Hanane Rihhab: «¿Qué vínculos tienen estos nombres con la ciudad de Temara?» se preguntó.
Esta polémica recuerda la controversia que Tánger experimentó en 2018, luego de la decisión del alcalde Bachir Abdellaoui, también del PJD, de bautizar una calle como Sayyid Qutb (1906-1966), el ideólogo de los Hermanos Musulmanes en Egipto, que el entonces presidente Gamal Abdel Nasser (1918-1970) ejecutó en 1966.