Alexei Navalny, el líder de la oposición rusa que permanecía ingresado en un hospital de Berlín tras sufrir un envenenamiento por Novitchok, ha recibido el alta en la tarde de este miércoles 23 de septiembre de 2020, tras permanecer 32 días ingresado.
Navalny, de 44 años, ha publicado en Instagram y Facebook sendas fotografías en las que se le ve saliendo por su pie del hospital y sentado en un banco de Berlín, y ha dedicado un mensaje de agradecimiento a los doctores del hospital La Caridad que le han estado cuidando.
Un comunicado del hospital recuerda que «las eventuales consecuencias a largo plazo de un envenenamiento grave solo se pueden ir evaluando después de finalizado el tratamiento».
Navalny podría regresar dentro de unos días a Rusia aunque de momento no es posible porque debe continuar el tratamiento. El mismo lo ha confirmado: «El plan es muy simple, tengo que ver a un fisioterapeuta todos los días. Quizá tenga que ir a un gimnasio de reeducación para tratar una pierna, recuperar completamente el control de mis dedos y aprender a mantener el equilibrio», ha escrito en Instagram.
Sobre este eventual regreso a Rusia, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov ha dicho que Navalny «es libre, como cualquier ciudadano ruso de hacer lo que quiera en todo momento».
Navalny se sintió mal y sufrió un desvanecimiento el pasado 20 de agosto en un avión que le trasladaba de Siberia a Moscú, después de participar en un acto de campaña electoral. El avión tuvo que efectuar un aterrizaje de emergencia en la ciudad siberiana de Omsk, donde fue hospitalizado y donde los médicos no apreciaron ninguna señal de envenenamiento, atribuyendo su malestar a algún fallo del metabolismo.
En la ciudad de Tomsk, Siberia, Navalny había grabado varios vídeos denunciando la corrupción de las autoridades locales y había apoyado a sus candidatos para las elecciones locales del 13 de septiembre.
En un primer tiempo todo parecía indicar que le habían suministrado el veneno en un té que tomó en el aeropuerto de Tomsk pero posteriormente unos laboratorios alemanes encontraron restos de Novitchok –una sustancia tóxica creada durante la guerra fría por el ejército ruso- en unos botellines de agua mineral que personas cercanas a Navlany encontraron en la papelera de la habitación que ocupó en un hotel de la localidad. Los médicos berlineses han dicho en un comunicado que, a juzgar por cómo ha evolucionado hasta ahora, su recuperación podrá ser «completa».
Según el diario Le Monde, en una conversación de Vladimir Putin con el presidente francés, Emmanuel Macron, que fue ampliamente reproducida en los medios occidentales, el dirigente ruso apuntó la tesis de que el envenenamiento pudiera ser obra del propio Navalny.
El opositor, en el punto de mira del gobierno de Putin y de la inteligencia rusa por sus continuadas denuncias de la corrupción de las élites, respondió a esta teoría en su cuenta de Instagram: Si, eso, yo cocí el Novitchok en mi cocina, metí el contenido en un frasco que me tomé en el avión y me puse en coma. Mi astuto plan consistía en morir en un hospital de Omsk donde en la autopsia habrían escrito «Causa de la muerte: vivió demasiado tiempo».