Kacey Wong, célebre artista contemporáneo visual y profesor de 51 años, conocido por formar parte de la disidencia intelectual de Hong Kong, ha anunciado este 3 de agosto de 2021, en su cuenta de Facebook, que se ha trasladado a vivir a Taiwan «para huir de la represión» y recobrar «la libertad total».
«Marcharse no es fácil, permanecer también es difícil», dice un en vídeo en blanco y negro en el que interpreta la canción «We’ll Meet Again» (Volveremos a vernos).
Conocido por sus obras militantes y políticas, en 2018 se hizo célebre por la performance «The Patriot», en la que interpretaba al acordeón «La marcha de los voluntarios», el himno nacional chino, encerrado en una jaula metálica de barrotes rojos. Dos años más tarde, en julio de 2020, el parlamento comunista de Pekín aprobaba la Ley de Seguridad Nacional que, entre otras cosas, establece penas severas para quien ultraje el himno nacional o la bandera.
«Quiero y exijo- ha declarado Kacey Wong al digital independiente Hong Kong Free Press- una libertad al cien por cien sin compromisos». En la entrevista confirma haberse marchado de Hong Kong por razones políticas y habla del retroceso de las libertades desde la promulgación de la ley «para acabar con cualquier disidencia»
El pasado mes de junio, ante la prohibición de las autoridades de Hong Kong de conmemorar la masacre de la plaza de Tiananmen de 1989, Kacey Wong se dedicó a repartir cientos de pedazos de velas procedentes de conmemoraciones anteriores.
La ley de seguridad nacional, adoptada para intentar erradicar el movimiento pro-democracia en la antigua colonia británica, tiene un apartado relativo a las manifestaciones artísticas.
Desde hace un año las películas tienen que pasar una censura y muchos libros han desaparecido de las librerías. Tan cerca como este lunes 2 de agosto 2021, el cantante Anthony Wong Yiu-ming, ha sido inculpado de corrupción, y pueden condenarle a tres años de cárcel, porque hace tres años cantó en un mitin electoral de un candidato prodemocracia; y el mes pasado fueron inculpados de sedición los dos autores de un libro para niños en el que comparaban a los defensores de la democracia con corderos rodeados de lobos.