Los periodistas salvadoreños también son espiados con Pegasus

Entre julio de 2020 y noviembre de 2021, los teléfonos portátiles de al menos 35 periodistas de seis medios diferentes –El Faro, GatoEncerrado, La Prensa Gráfica, Revista Digital Disruptiva, Diario El Mundo El Diario de Hoy– fueron espiados mediante Pegasus, según una investigación dirigida por la ONG canadiense CitizenLab y publicada a principios de enero.

000_9el4n2-900x362 Los periodistas salvadoreños también son espiados con PegasusEntre los objetivos del software espía, desarrollado por la empresa israelí NSO Group, figuran los teléfonos de 22 periodistas de la redacción del medio independiente El Faro, entre ellos el de su redactor jefe, Óscar Martínez, pirateado en 42 ocasiones. Auténtico baluarte del periodismo de investigación en América Latina, El Faro es una publicación abiertamente crítica con las autoridades salvadoreñas, que reveló en 2020 la existencia de negociaciones entre el Gobierno y la banda criminal Mara Salvatrucha (MS-13).

 «Esta vigilancia generalizada de los periodistas es extremadamente grave y sus consecuencias para la libertad de prensa en El Salvador también lo son», asegura el director de la Oficina para América Latina de RSF, Emmanuel Colombié.  Por ello, RSF ha pedido al procurador general de la República de El Salvador que abra inmediatamente una investigación para identificar y condenar a los autores de este espionaje masivo. La organización reitera, además, su llamamiento al gobierno de Israel para que adopte una moratoria sobre las exportaciones de este tipo tecnologías de espionaje, hasta que se instaure un marco de protección. «Permitir que los Estados instalen aplicaciones de vigilancia para espiar a centenares de periodistas plantea un auténtico problema democrático en todo el mundo», asegura.

El software Pegasus permite tomar el control casi total de un teléfono (micrófono, cámara, comunicaciones en directo) y puede hacerse con todos los mensajes de un móvil, incluidos los intercambiados en servicios de mensajería encriptada. Por ello, RSF aconseja a la prensa salvadoreña seguir las recomendaciones destinadas a los periodistas que se consideren objetivos potenciales del software espía, y los anima a visitar el servicio de asistencia de Access Now para comprobar si sus teléfonos han sido infectados.

El Gobierno lo desmiente

A principios de este mes de enero, a través de un comunicado de prensa a la agencia Reuters, el Gobierno de El Salvador desmintió cualquier implicación en este asunto, aunque resulte obvio para los medios salvadoreños afectados que esta vigilancia solo ha podido ser ordenada por las autoridades.

Desde su elección en 2019, la deriva autoritaria del presidente Nayib Bukele se ha vuelto extremadamente preocupante. En septiembre de 2020, acusó a los principales medios digitales del país de mentir, atacar y llevar a cabo una campaña política contra el Gobierno. Además, durante los primeros meses de su mandato, evitó dar conferencias de prensa y prefirió utilizar su cuenta de Twitter para acosar a los periodistas, a los que califica de «militantes políticos», además de para bloquear a varios de ellos.

Tras las revelaciones sobre el «proyecto Pegasus», en julio de 2021, RSF y una coalición de más de 80 ONG y expertos independientes hicieron un llamamiento a la Unión Europea, en diciembre del mismo año, para que adopte sanciones contra NSO Group.

Por otra parte, el pasado mes de julio de 2021, Reporteros Sin Fronteras también planteó una demanda ante la justicia francesa junto a dos periodistas marroquíes, a la que se han ido sumando 22 comunicadores procedentes de diez países, entre agosto y diciembre. Todos han sido vigilados por el software espía o son susceptibles de haberlo sido. La demanda está siendo analizada actualmente por los servicios de la Fiscalía francesa.

Entre 2020 y 2021, El Salvador ha caído ocho puestos en la clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF, hasta situarse en la posición 82 de un total de 180 países.

Concha Moreno
Periodista. Tras más de 30 años en el sector de la construcción en general, de la mano de una publicación para profesionales, un buen día nuevos derroteros la llevaron al mundo de la política, pero sin dejar la comunicación. Esa época determinó el comienzo de un camino dirigido a la solidaridad, a la defensa de los derechos humanos, a la denuncia. Poco después dejó España y se instaló en México. Allí comenzó a publicar en el periódico México Inteligente, donde tuvo su propia columna. Posteriormente, colaboró con el Periódico de Puebla y con revistas literarias, donde editó poesía. Un buen día contactó con Periodistas en Español, medio que le permitió relatar a los españoles lo que sucedía en el país azteca, así como describir las maravillas de su naturaleza. Tras siete años de estancia en México, a mediados de 2018 regresó a España. Actualmente sigue los avatares mexicanos y continúa contándolo en Periodistas en Español.

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