Con motivo de celebrarse el Día Nacional del Locutor en Venezuela, el nuevo portal informativo «De Norte a Sur», en la persona de su director, mi estimado amigo Adalberto Pérez, publicó un artículo que me fue solicitado, sobre la importancia de la fecha y de otros aspectos que giran en torno de la radio y la locución, actividad de la que puedo hablar con relativa facilidad, en virtud de varias «horas de vuelo» y sin creer sabérmelas todas, como pudieran pensar algunos.
En ese breve escrito hablé de la importancia del oficio del micrófono, de las personas que han enaltecido la locución en el estado Portuguesa, así como de otros aspectos sobre los que se sustenta esa actividad, elemento fundamental de la comunicación social. En este país (Venezuela) fue instituido el 11 de diciembre como Día Nacional del Locutor, en memoria de Renny Ottolina, destacado comunicador social del micrófono, conocido como «El Número 1».
Aproveché la ocasión que me dio «De Norte a Sur», para insistir sobre la necesidad de que los locutores de radio y televisión le den la verdadera importancia al rol que desempeñan en la sociedad, en función de que se convenzan de que son educadores a distancia, lo cual les impone la obligación legal y moral de nutrirse de los elementos necesarios para lograr el cometido de educar, entretener e informar.
Es innegable el gran poder inductivo que ejercen los medios de comunicación social, lo cual se evidencia en el hecho de que todo lo que en ellos se diga o se escriba, mal o bien, tiende a arraigarse en el vocabulario del común de la gente. Es lamentable admitir que las cosas malas, en este caso del lenguaje escrito y oral, son asimiladas con mayor facilidad. Es por eso que conviene ser cuidadosos, pues ese inmenso poder de inducción pudiera ser igualmente provechoso que dañino. Es preferible lo primero. ¿Usted qué opina?
Antes y durante el Campeonato Mundial de Fútbol, que termina mañana, el canal de televisión venezolano internacional IVC estuvo promocionando el acto en el que se llevó a cabo la preventa. No sé si en otros paises de habla hispana se le llame de igual forma; pero en Venezuela se conoce con ese nombre a la actividad en la que la radio, la televisión y medios impresos muestran las bondades y facilidades que ofrecerán a los patrocinadores y al público consumidor en el año por llegar.
La preventa de IVC, a juzgar por las imágenes que aparecen en pantalla, fue un evento fastuoso, al que asistió lo más granado del ámbito publicitario, empresarial y por supuesto del comunicacional. Todo lo expresado por los que formaron parte del referido evento social, demuestra conocimiento, madurez y profesionalismo; pero casi al final del contenido informativo, una dama, de la que ignoro si es locutora, periodista o las dos cosas a la vez, remata con una frase muy parecida a la que sirve de título a este artículo, que ha sido objeto de polémicas y confusiones: «para seguir continuando».
El uso de la frase «seguimos continuando» y de otras de igual naturaleza, ha comenzado a ser frecuente en los medios de comunicación social, mayormente en la radio. Ignoro la vía por la llegó para alojare en el vocabulario de locutores, periodistas y publicistas. Algunos pudieran decir que se trata de una innovación lingüística o una creación publicitaria, para justificar el uso. Ni lo uno ni lo otro.
La opinión en cuanto a la expresión «seguimos continuando» está dividida en los que la defienden y los que la condenan. Yo ni la condeno ni la defiendo; simplemente no la uso. Los defensores alegan que es correcta desde el punto de vista sintáctico, dado que se trata de la perífrasis verbal seguir más verbo en gerundio; pero en lo semántico no hay contexto en el que pueda tener cabida.
Los detractores la rechazan ipso facto, pues la consideran redundante, toda vez que incluye dos verbos que tienen similar significado. Lo cierto del caso es que cada día se usa y se oye con mayor frecuencia. Comenzó en la radio, y como lo aludí en el sexto párrafo de este artículo, ya hizo su «debut» en televisión. De lo que sí estoy seguro es de que, es chocante al oído, y que debería evitarse. Yo prefiero seguir o continuar, que seguir continuando. ¡Usted qué prefiere!
Estoy totalmente de acuerdo. Otra falta es: vuelvo a repetir y el llamado dequeísmo. Todo es: de que, cuando no hay necesidad del “de”
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