El año 2023 ha sido particularmente letal para los periodistas que trabajan en las zonas de conflicto. Según los datos recopilados por la Unesco, de los 65 periodistas asesinados este año, 38 se encontraban trabajando en zonas de guerra, en contraste con los veintiocho de 2022 y los veinte de 2021.
La mayoría de las muertes han ocurrido en Oriente Medio desde el pasado 7 de octubre. La Unesco tiene documentados diecinueve asesinatos en Palestina, tres en Líbano y dos en Israel. El último trimestre de 2023 ha sido el «más mortífero desde 2007», según declaraciones de Audrey Azoukay, directora de la Unesco.
Aunque la cifra total de periodistas muertos es inferior a la de 2022, cuando fueron asesinados 88 informadores, también «oculta un fenómeno muy alarmante: el pronunciado aumento del número de asesinatos en zonas de conflicto», en palabras de Audrey Azoulay.
El siempre esperado descenso global de periodistas asesinados se atribuye a una disminución significativa de las muertes ocurridas fuera de las zonas de guerra, que ha alcanzado el nivel más bajo en al menos los últimos quince años, especialmente en América Latina y el Caribe, donde se registraron quince asesinatos en contraste con los 43 ocurridos en 2022.