La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) pidió dedicar el Día Internacional de la Educación, este miércoles 24, a la lucha contra la incitación al odio, un fenómeno cuya propagación se ha acelerado en los últimos años con el uso de las redes sociales, informa la IPS desde París.
Audrey Azoulay, directora general de la Unesco, señala que «la propagación acelerada de la incitación al odio es una amenaza para todas las comunidades, y nuestra mejor defensa es la educación, que debe estar en el centro de cualquier esfuerzo por la paz».
Al instar a los 194 Estados miembros de la Unesco a dar prioridad a la educación, Azoulay dijo que a «es nuestro deber colectivo capacitar a los alumnos de todas las edades para deconstruir el discurso del odio y sentar las bases de sociedades integradoras, democráticas y respetuosas de los derechos humanos».
«Para lograrlo, necesitamos formar y apoyar mejor a los docentes que están en primera línea para superar este fenómeno», añadió.
Como aporte, este 24 de enero la Unesco organizará una formación en línea de un día de duración para varios miles de docentes de todo el mundo, sobre la deconstrucción del discurso del odio y proporcionar herramientas para detectar, abordar y prevenir mejor los incidentes relacionados con el discurso del odio.
En el mismo día, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, la Unesco reunirá a ministros, responsables de educación y educadores para debatir sobre el papel central de la educación en la consecución de una paz mundial sostenible.
Los Estados miembros adoptaron en noviembre de 2023 una nueva recomendación que establece un marco mundial en ese ámbito.
La Unesco expone que el discurso de odio alimenta los prejuicios y la discriminación, puede permitir y normalizar la violencia, y su escalada se amplifica con las nuevas y prolongadas crisis en diferentes regiones.
Al mismo tiempo destaca que los mensajes de odio y las teorías conspirativas que apuntan a comunidades específicas y las convierten en chivos expiatorios se han amplificado cada vez más en las redes sociales y otras plataformas en línea.
Una reciente encuesta auspiciada por la Unesco en dieciséis países reveló que 67 por ciento de los usuarios de internet declararon haberse encontrado con discursos de odio en línea.
En el mismo estudio, 85 por ciento expresó su preocupación por el impacto y la influencia de la desinformación en sus conciudadanos, considerándola una amenaza real que puede desestabilizar las sociedades.
Tras el atentado terrorista de Hamás del 7 de octubre de 2023 contra civiles israelíes, la Liga Antidifamación judía encontró un aumento de 337 por ciento de incidentes antisemitas en Estados Unidos, 320 por ciento en Alemania, y 961 por ciento en Brasil, en comparación con el año anterior.
Por su parte, el Instituto para el Diálogo Estratégico, con sede en el Reino Unido, constató que el volumen de discursos antimusulmanes en YouTube se multiplicó por 43 si se comparan los cuatro días anteriores y posteriores al atentado.
El 3 de enero el futbolista argelino Youcef Atal, del equipo francés Niza, fue condenado a una pena en suspenso de ocho meses de prisión y una multa de 49.000 dólares por compartir un vídeo en el que un predicador llama a «un día negro para los judíos» en pleno conflicto entre Israel y el movimiento islamista Hamás.
Además deberá pagar la publicación de la sentencia en dos diarios franceses. Atal fue juzgado por el delito de incitación al odio por motivos religiosos.
En otro caso entre muchos, el 25 de septiembre de 2023 la audiencia de Málaga (España) dictó sentencias de hasta dos años y medio de prisión a siete seguidores de un grupo, «Opinión Popular», con 14.000 seguidores en la red Facebook.
El grupo difundía mensajes racistas llamando a la violencia contra menores migrantes en las calles de Melilla, ciudad española en el noroeste de África, exhortando a «hacer justicia por propia mano» y «limpieza en las calles».
Las mujeres son las principales víctimas de los mensajes de odio en internet, entre los que destacan los que incitan a la violencia sexual, según un estudio de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, sobre las redes sociales Reddit, Telegram, X (antes Twitter) y YouTube.
Entre enero y julio de 2022, el estudio recopiló y analizó 344.132 publicaciones en redes sociales en cuatro países: Bulgaria, Alemania, Italia y Suecia, utilizando palabras clave que pudieran indicar odio.
El resultado es que los mensajes abusivos detectados se dirigían sobre todo hacia mujeres. Además, dos tercios de los mensajes de odio hacia las mujeres eran de acoso. Los siguientes grupos más afectados son afrodescendientes, judíos y gitanos.
La Unesco destaca que la educación «ofrece múltiples oportunidades para abordar las causas profundas de la incitación al odio y sensibilizar a los alumnos de todas las edades sobre sus formas y consecuencias en línea y fuera de línea».
Eso incluye dotar a los alumnos de las habilidades necesarias para reconocer y responder al odio y la injusticia, prepararlos para respetar el valor de la diversidad y los derechos humanos, y enseñarles a reconocer la diferencia entre la incitación al odio y la libertad de expresión, indica la organización.
Pues lo lleva claro la UNESCO, ja ja!