En un artículo anterior apelábamos a la filosofía de vida del fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado: «la Amazônia es el paraíso en la tierra y de ella depende nuestro planeta». Por eso era tan importante la Treinta Conferencia de las Partes (COP 30) de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebra en Belém do Pará, en la Amazônia brasileña.

Buena prueba de ello es que en los últimos meses se ha escrito y dicho mucho sobre esta Cumbre del Clima y a reseñar lo más importante dedicamos los próximos textos; pero tengamos en cuenta que la Conferencia se celebra entre los días 10 y 21 de noviembre, pero los días 6 y 7 tiene lugar la Cumbre de Jefes de Estado. Recordemos que la Cuarta Cumbre Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)-Unión Europea (UE) se celebra los días 9 y 10 de noviembre en Santa Marta (Colombia).
Muy activos, camino de la COP 30 han estado los organismos iberoamericanos. Así la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y el Organismo Internacional de Juventud para Iberoamérica (OIJ) han identificado iniciativas innovadoras en el marco del Programa Jóvenes Innovadores por el Medio Ambiente en Iberoamérica; todo un compromiso con las próximas generaciones iberoamericanas.
Además la SEGIB ha sido invitada a participar en el Grupo de Amigos de la Acción Climática Basada en la Cultura (GFCBCA), copresidido por Brasil, en un Seminario Internacional sobre Cultura y Cambio Climático, celebrado en Río do Janeiro, a finales de octubre. Dicho Grupo trabaja para garantizar que el tema de la «acción climática basada en la cultura» sea incluido en la declaración final de la COP 30.
Por su parte la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), en alianza con el Gobierno de Brasil, participa en la COP 30 con el espacio «Iberoamérica Viva», que preconiza un pacto regional por una Iberoamérica viva y diversa.
Para la OEI la lucha contra el cambio climático no es solo ambiental, es también educativa, cultural, social y ética. La crisis climática exige un nuevo pacto regional que combine el saber científico con los conocimientos ancestrales, la creatividad artística con las políticas públicas y la voz de los jóvenes con la experiencia de los mayores. Iberoamérica tiene que ser protagonista de un cambio global impostergable: «sólo con una Iberoamérica viva, unida y diversa, podremos aspirar a un planeta también vivo, justo y sostenible para todos».
Con esta orientación, la OEI está desarrollando numerosas actividades, como por ejemplo, el conversatorio «Camino hacia la COP 30: clima, cooperación y compromiso iberoamericano», junto a instituciones hispano-brasileñas; o la publicación de trabajos que ponen énfasis en la educación ante el cambio climático y la necesidad de una transformación educativa; o las propuestas sobre la necesidad de la digitalización para luchar contra la crisis climática: «En Iberoamérica apostamos por una digitalización con sentido que tenga raíces en los territorios y en la cooperación multilateral, que respete los saberes ancestrales, que no multiplique la basura digital y que no concentre el poder».
Son muchas efectivamente las actividades que se están desarrollando con motivo de la COP 30 y se las seguiremos contando en los próximos capítulos.



