Palestina: seis periodistas atacados por colonos israelíes en la Cisjordania ocupada

La Federación Internacional de Periodistas exige protección internacional y el fin de la impunidad.

Seis periodistas palestinos fueron atacados por colonos israelíes mientras cubrían una manifestación en la localidad de Turmus Ayya, en la Cisjordania ocupada. Los agresores, armados y protegidos por soldados israelíes, arrojaron piedras contra los comunicadores, les golpearon y destruyeron parte de su equipo profesional.

Así lo ha denunciado la Federación Internacional de Periodistas (FIP-IFJ) en un comunicado emitido desde Bruselas, en el que condena la escalada de violencia contra los medios palestinos y exige una respuesta inmediata de la comunidad internacional.

Según la FIP, los periodistas agredidos —entre ellos fotógrafos y reporteros de medios locales e internacionales— se encontraban documentando las protestas contra la expansión de los asentamientos israelíes cuando fueron atacados deliberadamente por colonos.

El incidente, que se suma a una larga serie de agresiones recientes, pone de relieve la impunidad con la que se actúa contra la prensa en los territorios ocupados.

Una violencia sistemática contra el periodismo palestino

La organización internacional, que agrupa a más de seiscientas mil personas trabajadoras de los medios en 146 países, advierte que estos ataques no son hechos aislados, sino parte de un patrón de intimidación sistemática. «Los periodistas palestinos están siendo atacados por ejercer su derecho a informar y documentar la realidad en los territorios ocupados», subraya la FIP.

La entidad recuerda que el derecho internacional protege de forma explícita a los trabajadores de los medios en zonas de conflicto, y que las autoridades israelíes, como potencia ocupante, tienen la obligación de garantizar su seguridad. Sin embargo, denuncia que en la mayoría de los casos los responsables de las agresiones no son investigados ni sancionados.

El comunicado de la FIP coincide con una tendencia preocupante: el aumento de los ataques y las detenciones de periodistas palestinos en los últimos meses. Según sus registros, más de un centenar de informadores han sido agredidos, detenidos o han sufrido la confiscación de su material desde comienzos de año.

Amnistía Internacional: «La impunidad alimenta la violencia»

Desde Amnistía Internacional se ha condenado también este nuevo ataque, subrayando que «los ataques deliberados contra periodistas en contextos de ocupación o conflicto constituyen una violación grave del derecho internacional humanitario». La organización exigió a las autoridades israelíes que cesen el uso desproporcionado de la fuerza y que investiguen las agresiones cometidas tanto por fuerzas armadas como por colonos.

En palabras de Heba Morayef, directora de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, «la impunidad sistemática con la que se permite a los colonos atacar a civiles palestinos, incluidos periodistas, contribuye a un clima de violencia que socava toda posibilidad de justicia y rendición de cuentas».

Amnistía recuerda que documentar las violaciones de derechos humanos es una labor esencial para la transparencia y la justicia. «Silenciar a los periodistas equivale a silenciar a las víctimas», afirmó la organización.

El papel de los medios bajo ocupación

La prensa palestina desempeña un papel crucial en la documentación de abusos, demoliciones y desplazamientos forzados en la Cisjordania ocupada. Sin embargo, ejercer el periodismo en esas condiciones conlleva riesgos constantes: agresiones físicas, detenciones arbitrarias, confiscación de equipos o restricciones de movimiento.

La Asociación Mundial de Editores de Noticias (WAN-IFRA), que agrupa a los principales editores y medios del mundo, también ha alertado sobre el deterioro de la libertad de prensa en Palestina. En un comunicado reciente, WAN-IFRA advirtió que «la cobertura informativa de los territorios ocupados es cada vez más peligrosa, no solo por la violencia directa, sino también por las limitaciones impuestas a los medios que intentan informar desde el terreno».

La organización instó a las autoridades israelíes a respetar el derecho de los periodistas a informar y recordó que impedir el acceso a la información en contextos de conflicto vulnera los principios básicos de transparencia y rendición de cuentas.

Turmus Ayya: una localidad asediada por la expansión de los asentamientos

El ataque contra los seis periodistas se produjo en Turmus Ayya, una localidad situada entre Ramala y Nablus, donde los colonos israelíes han incrementado su presencia durante el último año.

Las manifestaciones que los comunicadores estaban cubriendo tenían como objetivo denunciar la apropiación de tierras palestinas y la construcción de nuevos asentamientos ilegales.

Según los testigos, los colonos atacaron a los manifestantes y luego se dirigieron a los periodistas, arrojándoles piedras y amenazándolos con armas de fuego.

Pese a la presencia de soldados israelíes, las fuerzas militares no intervinieron para proteger a los comunicadores ni para detener a los agresores, lo que, según la FIP, demuestra una «tolerancia institucional» hacia la violencia contra la prensa palestina.

El precedente de Shireen Abu Akleh y otros casos de impunidad

La agresión en Turmus Ayya revive la memoria de otros casos que permanecen impunes, como el asesinato de la periodista Shireen Abu Akleh, corresponsal de Al Jazeera, abatida por disparos de las fuerzas israelíes en mayo de 2022 mientras cubría una operación militar en Yenín.

Diversas investigaciones independientes, incluida una de Naciones Unidas, concluyeron que el disparo que mató a Abu Akleh provenía del ejército israelí. Sin embargo, hasta hoy nadie ha sido procesado. En Periodistas en Español se analizó ampliamente este caso en el artículo «La reportera de Al Jazerera Shireen Abu Akleh muere por disparos israelíes».

El patrón se repite: periodistas agredidos, asesinados o encarcelados sin que se adopten medidas efectivas de protección ni se sancione a los responsables. En Gaza, durante los bombardeos de 2023, la FIP documentó la muerte de más de 200 profesionales de los medios palestinos.

La FIP reclama una misión internacional de observación

Ante la gravedad de los hechos, la FIP ha solicitado el envío urgente de una misión internacional de observación a los territorios ocupados, con el fin de evaluar la situación de los medios de comunicación palestinos y documentar las violaciones del derecho a la información.

«Los periodistas palestinos trabajan en condiciones extremas, expuestos a ataques tanto de colonos como de las fuerzas de ocupación. Protegerlos no es una cuestión política, sino una obligación moral y legal», subrayó la organización.

La FIP ha recordado que la Corte Penal Internacional (CPI) considera la violencia contra periodistas, en determinados contextos, un crimen de guerra. Por ello, insiste en que la comunidad internacional debe garantizar que estos ataques no queden impunes y que las víctimas reciban reparación.

Solidaridad internacional y exigencia de justicia

Las federaciones y asociaciones de periodistas de todo el mundo han manifestado su solidaridad con los profesionales palestinos. En Europa, la Federación Europea de Periodistas (FEP) se unió al llamamiento de la FIP, destacando que el derecho a informar libremente «es esencial para la democracia y la defensa de los derechos humanos».

Desde América Latina, sindicatos y colegios de periodistas también han expresado su apoyo. En un comunicado conjunto, varias organizaciones subrayaron que «el silencio mediático sobre los abusos en Palestina es una consecuencia directa del miedo y la represión que sufren quienes intentan informar».

Esta solidaridad internacional busca presionar para que los organismos multilaterales actúen. Sin embargo, hasta el momento, ni Naciones Unidas ni la Unión Europea han adoptado medidas específicas para proteger a los periodistas palestinos frente a los ataques de colonos y fuerzas militares israelíes.

El derecho a informar, un pilar amenazado

La FIP insiste en que el periodismo en Palestina no puede seguir siendo un oficio de riesgo mortal. Cada agresión a un periodista representa una herida abierta en la libertad de prensa y un intento de borrar la verdad sobre lo que ocurre en los territorios ocupados.

El silencio y la inacción, advierte la organización, equivalen a complicidad. Por eso, ha reiterado su llamamiento a los gobiernos democráticos y a las instituciones internacionales para que impongan sanciones concretas a quienes perpetúan o encubren la violencia contra la prensa.

Mientras tanto, los periodistas palestinos continúan informando, muchas veces con escasos recursos y bajo amenaza constante, conscientes de que su trabajo constituye una forma de resistencia frente al olvido.

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