Con el título “Étonnantes Affinités”, la Galerie du 10 (Marqués de la Ensenada 10) del Instituto Francés de Madrid, expone hasta el lunes 28 de octubre una muestra excepcional de fotógrafos franceses y españoles reconocidos a nivel internacional, procedentes de la Galerie du Château d’Eau de Toulouse, Francia, una institución cultural fundada en 1974 bajo el impulso del fotógrafo Jean Dieuzaide y que debe su nombre al edificio que la alberga, un monumento histórico del siglo XIX.
La Galería del Château d’Eau, es una institución pública financiada por el ayuntamiento de Toulouse, exclusivamente dedicada a la fotografía de modo permanente que hoy en día cuenta con más de 4000 piezas de más de 400 artistas.
La Exposición Étonnantes Affinités (Afinidades sorprendentes) está dedicada a la fotografía francesa y española, una especie de filigrana que conmemora las relaciones fructíferas entre la ciudad de Toulouse y España a lo largo de la historia.
Batho, sin títuloEntre los artistas españoles representados en la muestra, encontramos nombres tan conocidos como Alberto Schömmer, Joan Fontcuberta, Joaquim Gomis, Ramón y Óscar Massats, Isabel Muñoz, Antonio Tabernero, Manuel Vilariño y Eduardo Ibáñez. Entre los franceses, sorprende gratamente encontrarse con Émile Zola, con un autorretrato de hacia 1900, Gilbert Garcin, Dominique Delpoux, Richard Dumas, Robert Doisneau, Charles Fréger, Édouard Boubat, Marc Riboud, Laura Henno, Richard Pack, Claude Nori…
Predomina la fotografía en blanco y negro, fotografía ‘estado del arte’. Si pudiera elegir una me quedaría con una sorprendente fotografía de la actriz portuguesa María de Medeiros, de Richard Dumas, una fotografía que capta lo oculto detrás de lo visible, la humanidad latente. Es como un encuentro, una aventura que le permite revelar lo que transmite la persona. También me quedaría con una extraordinaria fotografía de Marc Riboud, La fleur et la baïonette, tan sugerente de temas como la guerra y la paz, la violencia y el amor. Muestra un grupo de ejecutores bayoneta en ristre y frente a ellos, una dulce muchacha, serena, portando, casi ofreciendo una flor. La visión de Ramón Massats de Tomelloso 1960, en la que un anciano vestido de negro pinta una línea negra sobre fondo blanco, que cada espectador puede interpretar según se identifique con la imagen. Hay fotografías basadas en una lejana, casi suprimida percepción, como esa Marea baja, Mont St. Michel de Joaquim Gomis, en la que lo único visible es una playa, que podría ser cualquier playa, con coches aparcados al fondo. O la Gitanilla, Montjuïc 1953, de Francesc Catalá-Roca; tres niños mirando por una rendija, se supone que la ven, cómo la ven, queda a la libertad del espectador. También sugerente el Rainy Silence de Laura Henno, donde vemos una guapa chica instrospectiva. Llama la atención esa Semana Santa, Barcelona 1958, de Ricard Terré, donde no hay nada asociable a una semana santa, solo se ven los bajos del vestido, las piernas y pies de una mujer urbana caminando dando la mano a un niño…
Heartbreak Ride, Richard PakLa mirada sobre Estados Unidos la encontramos en Richard Pak, con la fotografía titulada Heartbreak Ride de su serie americana de 1985 Pursuit. Sensible a la herencia de una fotografia americana hondamente documental, Richard Pak quiso dar una mirada sobre los Estados Unidos de hoy en día más cercanos a su imaginación, nutrida por el cine de Hollywood y la literatura americana… Alberto Schömmer, solemne, ironiza en los retratos de El Gobernador del Banco de España y El Cardenal Primado. Surrealistas inquietantes, un par de fotografías de Gilbert Garcin, Le moulin de l’oublie, donde en medio de la nada un anciano mueve en círculo una piedra de molino cilíndrica presuntamente abandonada y La persévérance, un hombre teje un puente, donde no hay nada que le haga necesario; el puente acaba en un vacío, en cuyo borde una mujer inmóvil mira hacia la nada. La sensualidad, tan característica en Isabel Muñoz, queda reflejada en ese Tango que parece eternamente vivo.
Solo queda una semana para disfrutar de esta exposición, de ese diálogo establecido entre fotógrafos españoles y franceses basado en afinidades quizá no tan sorprendentes. Está abierta de lunes a viernes, desde las 9 de la mañana hasta las 8 de la tarde.