Los guionistas cinematográficos han decidido que el mundo de “los mayores” es el nuevo filón por explotar
No puede ser una casualidad que en la última temporada hayamos visto no menos de media docena de películas con protagonistas como mínimo en los sesenta años, lo que antes se llamaba “tercera edad” con una connotación de estar en “las últimas” y ahora se ha convertido en otra etapa más de la vida, incluida la laboral, lo que incluye también algo de futuro. Digo que hemos visto unas cuantas, pero la saga continúa.
Cierto que el hecho de que la esperanza de vida haya aumentado en el último siglo más que en los diecinueve anteriores, la evidencia de que, independientemente de la edad concreta de cada cual, los mayores somos ahora mucho menos mayores que el recuerdo que guardamos de nuestros padres, y no digamos de nuestros abuelos, y la certeza de que nuestra forma de trabajar, comportarnos, comprometernos, vestir, divertirnos, chatear e incluso ligar cuando se tercia, nos ha evitado caer en el reducto que teníamos destinado, por tradición y por cultura, y que no ofrecía más opción que el paseo de la mañana, las tardes frente al televisor o el dominó y la soledad de las sábanas frías (Sabina dixit). Ahora nos partimos en cuatro para evitar que nos cojan en un renuncio y hacemos las cosas que siempre quisimos hacer y nunca pudimos (hasta donde nos llegan las miserables pensiones que cobramos por una vida entera de trabajo): estudiamos idiomas, vamos al gimnasio, tenemos amigos, aprendemos a cocinar, adoptamos un perro y no nos importa que se suba al sofá, creamos un blog y un foro para los ratos vacíos y somos fans de las series Big Bang y Mother Family.
La última película de lo que ya va camino de convertirse en un género es la comedia romántica Le Week-end, presentada en el Festival de San Sebastián 2013, donde Jim Broadbent (Oscar por Iris) ganó la Concha de Plata al Mejor Actor. Se estrena en España el 5 de diciembre.
A partir de un guión escrito por Hanif Kureishi (el realizador de Mi Hermosa Lavandería), está dirigida por Roger Michell, responsable de títulos tan populares como Notting Hill, Morning Glory, y Venus y, además del actor premiado, figuran en el reparto Lindsay Duncan (Alicia en el país de las maravillas, Bajo el sol de la Toscana) y Jeff Goldblum (La Mosca, Independence Day), el tercero en cuestión, en el papel de un exitoso escritor estadounidense, compañero de los años de estudios en la universidad, que ahora lleva una lujosa vida en la capital francesa.
Nick (Jim Broadbent) y Meg (Lindsay Duncan) son una pareja de profesores británicos que regresa a París muchos años después la boda. Meg siente que merece una vida mejor, pero se muestra insegura y desamparada sin su marido Nick. En suma, una pareja de “cincuenta y muchos”, que cogen el Eurostar para una segunda luna de miel…
Reflexión sobre el ocaso del amor en un París muy hermoso que sirve de fondo para evidenciar la fortaleza de los sentimientos que les unen, y también las innegables fisuras que el tiempo ha abierto en su relación. Sin embargo, lo que sí encuentran en ese viaje –que también les sirve para alejarse de los problemas que les plantea un hijo adulto- es la antigua complicidad de sus “años sesenta”, del comienzo de la vida en común.
Una historia inteligente y una interpretación brillante.