Premiada en el festival de San Sebastián 2012 con una mención especial en la sección nuevos realizadores, con premios en el festival de Palm Springs, en el festival de cine peruano de París 2013 y ahora seleccionada por Perú para las nominaciones a los Oscar, “El limpiador” llega por fin este mes de diciembre a la exhibición comercial en Francia.
Se trata del primer largometraje de ficción del director peruano Adrián Saba, que empezó su película hace dos años, y acaba de cumplir 24 años de edad. Un joven cineasta que ha escogido un tema grave para su ópera prima, en esta reflexión sobre la vida y la muerte, con un tratamiento que se acerca del género de la ciencia ficción.
En una ciudad, Lima, arrasada por una terrible epidemia, un limpiador forense recorre las calles de la capital recogiendo cadáveres. Un hombre taciturno, huraño, solitario, que vive sin familia, ni relación sentimental. Eusebio es ese viejo que vive entre los muertos. Su vida es rutinaria, como un fantasma que atraviesa paisajes urbanos desiertos e inquietantes y que repite siempre mecanicamente los mismos gestos.
Pero esa epidemia mortal de la que sabemos poco, no afecta al parecer a los niños, sino tan solo a los adultos. Es así que Eusebio recoge un día a Joaquín, un niño de ocho años, superviviente de esa tragedia colectiva. Encerrado en el miedo y el mutismo, Joaquín que representa la vida y el futuro de esa sociedad destruida, va a establecer poco a poco una relación de confianza y transmisión con el anciano Eusebio, enfermo y contaminado a su vez por la epidemia.
“La primera idea que me vino para hacer esta pélícula -nos explica Adrián Saba- es esa sensación que tenía de una epidemia misteriosa, en la que la gente se muere sin razón, y por otro un reportaje que vi en la televisión sobre limpiadores forenses. Me pareció perfecto juntar esos dos mundos en una película. Por eso pensé que lo peor que le podía pasar al personaje de ese limpiador es que se encontrara con un pedacito de vida, pero no cualquiera sino el mas frágil, como es por ejemplo un niño huérfano”.
El tema de la relación padres-hijos, de la transmisión de la experiencia y el conocimiento ocupa en “El limpiador” un lugar central a través de la relación entre esos dos personajes, en el paso de la vida a la muerte.
De como Joaquín va a encontrar su propio destino, mientras que Eusebio va por fin a dejar una huella de su paso por la vida. Muchos temas subyacentes se cruzan en este fantasmagórico relato, como una metáfora sobre las catástrofes ecológicas o bélicas que amenazan cada día en nuestro planeta. Una reflexión existencial que sorprende en la primera película de este joven y prometedor cineasta peruano.
Los diálogos son escasos, la esmerada fotografía y la música electrónica son primordiales, acompañando una puesta en escena coherente y rigurosa, que da una dimensión fantástica o irreal al relato.
El veterano actor peruano Victor Prada y el niño Adrián du Bois resultan convincentes en la expresión de esos personajes encerrados en si mismos. Y Lima, la capital peruana, filmada de noche o de madrugada, desértica, bajo la bruma constante y amenazadora, resulta finalmente un personaje esencial mas que un simple telón de fondo.
“Las cosas técnicas de la película para mi son como una extensión de la anatomía del personaje. –explica Adrián Saba- A su imagen y semejanza la fotografía es fria, distante, un mundo sin color, excepto en la última escena que sale un poquito el sol. El montaje tiene también esos latidos y manera de pensar de Eusebio. Con el director de fotografía discutimos mucho de como filmar un mundo sin color, o con colores que no brillaran, que fuera absorbidos, opacos… Es una película de atmósfera y de corazón, porque a pesar de que he buscado una fotografía fria y distante, creo que a la vez es muy tierna la relación entre Eusebio y Joaquín. Es una relación muy dulce, muy pura.”
Hijo de una pareja de conocidos actores del teatro peruano, Adrián Saba nació en esa marmita artística y desde muy joven tenía claro que lo suyo era el cine. Cursó estudios de cine en Nueva York, y como ejercicio de fin de carrera hizo un cortometraje: “El rio”, basado en un cuento de Julio Cortazar. En 2011 empezó el rodaje de “El limpiador” su ópera prima con la que está dando la vuelta al mundo.
Invitado por la Cine fundación del Festival de Cannes, Adrián Saba ha empezado ya a trabajar sobre un nuevo guión. El pasado mes de septiembre en el Foro de coproducción Europa América Latina en San Sebastián presentó su proyecto de segundo largometraje cuyo título provisional es “ Donde sueñan los salvajes”.
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