La lucha ejemplar de los obreros franceses de Fralib se ha saldado con una esperanzadora victoria contra el todopoderoso capital financiero. El protocolo de acuerdo fue firmado el pasado 25 de mayo.
La noticia vale la pena ser destacada y analizada, mal que les pese a los que afirman que las luchas están perdidas de antemano y que David contra Goliat no es más que una excepción a la regla del omnipresente y antidemocrático poder de las multinacionales.
En estos tiempos en que el mensaje “políticamente correcto” de los grandes medios informativos insiste en la inevitabilidad de las consecuencias de la crisis económica, con su avalancha de expedientes de regulación de empleos, (eufemismo para decir que echan a la gente a la puta calle, con mayores o menores indemnizaciones, que son generalmente directamente proporcionales a la capacidad de resistencia de los asalariados), la victoria de los obreros y empleados de Fralib es una bocanada de aire fresco, frente al pesimismo y al individualismo imperantes, alimentados por el mensaje oficial audiovisual.
han sido 44 meses de lucha y resistencia contra la arbitraria decisión de la multinacional Unilever, que pretendía arbitrariamente liquidar esta empresa perfectamente rentable (fabricantes del té Lipton, Elefante, de sopas y de bebidas derivadas del té), despidiendo a sus 182 empleados. Los beneficios de Unilever, multinacional del té y de la sopa, se elevan a 50.000 millones de euros por año. Unilever posee la fabrica francesa Fralib en Gemenos en las cercanías de Marsella, y otras tres fábricas en Polonia, Bélgica e Inglaterra.
La ocupación de la empresa por los trabajadores en 2010 y la denuncia y anulación ante los tribunales de la ilegalidad de tres expedientes sucesivos presentados por la dirección, dió sus frutos en 2012. La decidida resistencia de Fralib, y la solidaridad que su lucha generó en Francia, obligaron al ministro socialista Arnaud Montebourg a intervenir como mediador en el conflicto.
Seis meses de negociación han sido necesarios para obligar a Unilever a ceder la empresa a los trabajadores que han constituido una cooperativa “Scop Ti” (Sociedad Cooperativa Obrera Industrial de té e infusiones) y van a proseguir su actividad, dando a luz de una nueva marca de té provenzal: “Nunca hemos hablado de dinero con Unilever. Hemos luchado desde el principio hasta hoy por nuestra dignidad, por el empleo y para preservar nuestra herramienta industrial. Esa es nuestra victoria” afirma el delegado sindical CGT Olivier Leberquier.
El acuerdo concluido con la multinacional anglo holandesa del té, ha permitido recaudar los fondos necesarios a la creación de la nueva empresa. Unilever aceptó pagar 19,2 millones de euros, lo que comprende las indemnizaciones y primas legales de los 76 asalariados que han conducido esta batalla social y jurídica. Las maquinas cuyo valor se estima en 7 millones de euros, fueron cedidas por un franco simbólico a la comunidad urbana de Marsella. La cooperativa así creada funcionará en un primer tiempo con sesenta puestos de trabajo,
“Ahora podemos fabricar té para cualquier industria, abastecer una parte del mercado con las marcas distribuidas y nos vamos a lanzar en la fabricación de una marca de té meridional y lanzar la venta por internet”, afirma con lágrimas de alegria en los ojos Gerard Cazorla, secretario CGT del Comité de empresa.
Tres años y medio de ejemplar resistencia, que han dado nacimiento a una empresa cooperativa Scop TI y a una obra de teatro, montada por los propios trabajadores, en la que relatan las vicisitudes de este largo combate por la dignidad.
Fabio nos está mostrando con sus manos que tienen uno huevos «así». Enhorabuena, Fabio.
Cierto, un ejemplo de tenacidad en la defensa del empleo. Y también una muestra de la estupidez de los discursos tipo «los-sindicatos-no-sirven-para-nada». De vez en cuando, la combinación de esos dos elementos sirve, claro que sirve para defender el empleo y los derechos sociales… Aunque el camino haya sido largo y muy duro para los trabajadores de Fralib…