Yo soy un escritor que además pinta, gustaba decir de sí mismo Salvador Dalí en muchas de las entrevistas que concedió a lo largo de su vida.
Pudiera parecer una boutade en un personaje como él, aficionado a este tipo de declaraciones desconcertantes, pero en el caso de Dalí esta afirmación puede tomarse casi al pie de la letra. Hace unos años la editorial Destino abordó la inestimable labor de editar la obra completa de Salvador Dalí: su obra completa escrita.
Dio para ocho apretados tomos, algunos de más de 1000 páginas (el que menos, supera las 500). Aún así no se pudo incluir toda la producción escrita del pintor. Quedaron fuera muchos de sus artículos en revistas como La Gaceta Literaria, Hèlix, Minotaure o Cuadernos Hispanoamericanos.
En el tercer tomo, dedicado a la poesía, el teatro y el cine, se incluye su poema Mito de Narciso, sobre el proceso de creación de su obra Metamorfosis de Narciso, de 1937, expuesta hace unos años en el Museo Thyssen de Madrid y que nunca antes había salido de la Tate Modern de Londres desde que esta galería la adquirió en 1979. Mientras pintaba este cuadro Dalí escribía el poema Mito de Narciso, cuyo manuscrito original se editó en España con el título Metamorfosis de Narciso (Galaxia Gutenberg) acompañado de una reproducción del cuadro, el manuscrito original del poema, fotografías, esbozos y varios ensayos sobre el texto y la obra.
Lo más interesante de este cuadro, por tanto, es la vinculación entre la escritura y la pintura, uno de los temas preferidos de los surrealistas. Dalí dijo siempre que Metamorfosis de Narciso debía contemplarse teniendo presente el texto: él mismo da instrucciones en el prólogo para ver e interpretar la obra, y además esta edición incluye un ensayo de David Lomas para seguir en paralelo el poema y la pintura.
Metamorfosis fue fruto de la aplicación del método paranoico-crítico, un procedimiento daliniano que trata de captar los fenómenos disociativos por los cuales la paranoia crea nuevas realidades en la mente del paciente (fue este el cuadro que Dalí llevó para mostrar a Freud durante su famoso encuentro en Londres en 1938). A través de este método se manifiesta, según Dalí, la posibilidad que tiene el arte de hacer visible lo invisible, de revelar una realidad que sólo el artista puede captar y trasladar al observador.
André Breton (El surrealismo. Puntos de vista y manifestaciones. Barral Ed. 1977) cree que este método se puede aplicar igualmente a la poesía, la historia, la moda o el cine.
Dalí muestra su interés en las fuentes del mito (Ovidio, Leonardo, Caravaggio, Freud) para demostrar, con La Metamorfosis de Narciso, las relaciones de su obra con la alta cultura y desmentir una vinculación exclusiva con la cultura de masas.