Según el artículo 489 del código penal Marroquí, la homosexualidad sigue siendo un delito que permite condenas con una pena de hasta tres años de cárcel, pese a que la Constitución del país establece claramente que “todas las personas tienen derecho a la protección de su vida privada”.
Recordando el precepto, y basándose en la reciente condena de dos homosexuales en la localidad de Al Hoceima, la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha vuelto a pedir al gobierno de Marruecos que despenalice la homosexualidad: «Si, como aseguran sus autoridades, Marruecos aspira realmente a ser un líder regional en el terreno de los derechos humanos –ha dicho Sarah Leah Whitson, directora de de la división Oriente Medio y Africa de la institución humanitaria- debe empezar el camino despenalizando las prácticas homosexuales”.
Según la información publicada por el digital francés Aufait.com, un diputado local y un estudiante de la región de Imzouren (a 18 km. al sur de Al Hoceima), condenados en primera instancia a tres años de prisión incondicional por “acto impúdico contra natura con una persona de su mismo sexo” y “ofensa pública al pudor”, han conseguido en la apelación que sus condenas quedaran reducidas a un año y seis meses de cárcel, respectivamente.
La policía les detuvo el 13 de diciembre de 2014 cuando se encontraban en el interior del vehículo oficial del político “a punto de dedicarse a retozos sexuales”, según el acta de acusación citado en un comunicado de la Asociación Rif de Derechos Humanos (ARDH), una organización independiente.
Según el comunicado de HRW, se les “consideró culpables sobre la base de confesiones hechas a la policía, de las que después se retractaron ante el juez”, pese a que la Constitución, aprobada en 2011, establece que “toda persona tiene derecho a la protección de su vida privada”, lo que según la organización de defensa de los derechos humanos “debería llevar a la abolición de la ley que criminaliza las relaciones sexuales entre personas mayores de edad, del mismo sexo”.