Hay días en los que avergüenza ser periodista español por el cúmulo de informaciones que no respetan la veracidad ni se sustentan en fuentes directas, que se publican en los grandes medios de comunicación de prensa, radio y televisión.
Padecemos un declive en el ejercicio profesional que en mi ámbito comenzó con los expedientes de regulación de empleo en EFE y RTVE en la época de José María Aznar, pero el caso que motiva este comentario es de actualidad, cuando se ha conocido que Alexis Tsipras ha convocado un referéndum para que el pueblo griego decida sobre el acuerdo al que puedan llegar en Bruselas entre el país heleno y sus acreedores.
Resulta ahora que no era verdad que Tsipras se estuviera saltando las líneas rojas que había trazado en la campaña electoral que le llevó a la presidencia de Grecia, no es verdad que hubiéra perdido la confianza en su ministro Janis Varoufakis, no es verdad como aseguraban los medios españoles citando a ministros y al propio Mariano Rajoy, que ahora el acuerdo estaba más cerca porque los griegos habían hecho propuestas en la buena dirección que marcaba el Eurogrupo y el Fondo Monetario Internacional.
Resulta que ahora el líder de Syriza dice que «el pueblo debe decidir sin chantajes» porque «durante seis meses, el gobierno griego llevó a cabo un combate para terminar con la austeridad y para encontrar un acuerdo viable que respete la democracia”, pero «nos han pedido que tomemos medidas de austeridad como en los gobiernos anteriores (…) las propuestas de los acreedores agudizan las desigualdades sociales, desregulan el mercado laboral, recortan las pensiones, suben el IVA de los productos alimentarios y tienen como objetivo humillar a todo un pueblo”.
Sonrojante para editorialistas, presentadores estrella de programas informativos, corresponsales en Bruselas y grandes capitales de la economía europea, que no han sido capaces de recurrir a una fuente directa del Gobierno de Grecia y se han limitado a ser trasmisores de lo que decían personajes como De Guindos y similares.
Y aunque este comentario lo ha motivado Grecia, no podemos dejar de citar el acoso a los nuevos responsables políticos de Podemos o de las coaliciones ciudadanas que han salido triunfantes de las elecciones municipales y autonómicas.
Resultó sonrojante que Manuela Carmena tuviera que indicarle a la entrevistadora de laSexta que no estaba haciendo las preguntas de forma adecuada para obtener respuestas con criterio propio, y no olvidaré la sonrisa de suficiencia de Ana Pastor cuando la nueva alcaldesa le «confirmó» que «no descartaba» destituir al concejal Guillermo Zapata, al parecer ya tenía su titular, cuando cualquier periodista que se precie sabe que el titular sería «descarta», porque no descartar es una obviedad.
Y podríamos citar y citar más ejemplos de mal periodismo en los últimos meses vinculados a estos temas, porque los grandes medios están en manos de poderes empresariales, fondos buitre y demás entidades vinculadas a los intereses financieros, catarata informativa que se vierte de forma continua sobre una ciudadania bastante preocupada por sus propios problemas con poco tiempo para poder discernir si lo que acaba de oír es la verdad o una afirmación interesada.
[…] hace unos días publiqué un artículo comentando lo avergonzado que me sentía de ser periodista español vista la manipulación que se estaba produciendo sobre el enfrentamiento entre Grecia y el resto de […]
En pocas ocasiones he leído un artículo tan clarividente y real. En este caso, se refiere al caso griego del que sólo nos señalan una dirección: la de los genuflexos defensores de los recortes con Rajoy, el mentiroso (con perdón) a la cabeza. No es una simple crónica de la actualidad la que nos cuenta Jiménez Claudín sino que se trata de una línea argumental que critica la deriva tergiversadora de la realidad que practican casi la totalidad de los medios de comunicación en general, mostrándonos una realidad que está ante nuestros ojos: la del Rey desnudo que sólo una mente acrítica y libre puede ver despelotado.
[…] Vergüenza del periodismo español […]
[…] leo el artículo de mi colega Rafael Jiménez Claudín sobre la vergonzosa actitud de la prensa española en el tratamiento de la crisis entre Grecia y la […]
[…] Hay días en los que avergüenza ser periodista español por el cúmulo de informaciones que no respetan la veracidad ni se sustentan en fuentes directas, que se publican en los grandes medios de comun… […]
La comunicación, según el psicoanálisis, se basa en el engaño, así el discurso capitalista de forma éxtima, es decir, no íntima, es decir, en cuanto que sistema, se vale del engaño para perpetuarse, uno por uno, cada persona adscrita a él, es decir, cada persona que disfruta del poder que dan las plusvalías, y ¿a quién sobre todo engañan? a la gran masa de gente que está en otro discurso, el histérico, que disfruta o debería disfrutar del saber, pero que de resultas de este engaño queda de por vida pobre o en la clase media y desclasado, o desdiscursado (Aún sabiendo que todos podemos por regla general pertenecer a todos los discursos) sin hacer verdaderamente lo que quiere. Ahora, ¿podría todo el mundo hacer lo que quiere? ¿podría haber una gran clase o grupo mediático honesto? Señores, ha de haber de todo, pero que no nos coja a nosotros, estoy completamente de acuerdo con el artículo, donde los haya imparcial y, se agradece, porque yo intento con todo mi deseo no ser, sino existir y para ello necesito buen periodismo.
El periodismo, como todo, está cambiando. Las esencias, si se puede hablar de esto, del periodismo correcto, ni bueno ni malo, permanecerán. Ahora todo es diferente. Ni un 20 % de la población española, q son los q leen, ven y escuchan noticias, las ven, leen o escuchan como hace apenas 15 años. ES diferente.
La Independencia, la verdad ¿cuál de todas?, la manipulación o el entreguismo seguirán a la orden del día con lo de Grecia y con lo de la factura de la luz, con el fútbol y con los temas del día.
Ahora importan otras cosas.
SAlud!
Yo no le prejuzgo, señor Claudín, y no quiero faltarle el respeto. Si es lo que dices usted en la respuesta a mi primer comentario, entonces estamos de acuerdo. Durante demasiado tiempo hemos tenido -y seguimos teniendo- a un montón de plumíferos y chupópteros, «conservadores» o «progresistas» , que enturbian lo que es el buen periodismo y lo convierten en propagana a favor o en contra del gobierno de turno o la oposición. Una cosa es tener una línea editorial y otra cosa bien distinta fomentar basura oficialista o «crítica».
Me llama la atención el error que contiene el artículo cuando dice concejal Guillermo Carmona en lugar de Guillermo Zapata. ¿Simple errata o lapsus freudiano?
Corregido, gracias.
Francamente, señor Claudín, no sé a dónde quiere usted llegar. Los periodistas, y yo lo soy, sabemos que los medios están en manos de grupos, empresas, fondos buitres y grandes financieros ajenos al mundo de la comunicación. No somos completamente necios. Yo también aspiro a poder desempeñar un periodismo honesto, equilibrado y comprometido con el bien común. Pero lo que no me gusta de su artículo es el sectarismo ideológico. Tengo la sensacion, y perdóneme si me equivoco, de que piensa que los medios son malos cuando son de derecha. ¿O a usted le parece que medios escritos como El diario.es o Público.es son buenos periódicos? A mí no, desde luego. Son unos panfletos tan sectarios, tendenciosos y parciales como los medios conservadores. En España lo que sobran son periodistas sectarios, corrompidos por la ideología y manipuladores. Me da igual que bailen a favor de los populistas de Podemos o de la gran banca. Estos colegas sacrifican la profesionalidad y la honradez intelectual en aras de unos objetivos políticos concretos. Y algunos de esos periodistas «comprometidos», como papá e hijo Escolar, viven muy bien del chollo institucional y «alternativo-progresista».
Pero para usted, por lo visto, eso no es una vergüenza del periodismo español, que ha estado tan machacado por la derecha como por la izquierda.
Saludos.
Usted me prejuzga, mi carrera profesional ha sido quebrantada en varias ocasiones por directores de información nombrados por gobiernos tanto del PSOE como del PP, como pueden atestiguar quienes han compartido conmigo redacción y reivindicaciones profesionales. Y parece que tampoco se ha leído el artículo con la mente abierta, porque se crítica a los medios que condicionan la información, sin tener en cuenta la adscripción, y a los periodistas que no siguen criterios de deontología profesional, sean también de un color u otro.
Suelo ver los telediarios de la 6 y empalmar con los de A3. Es sorprendente que una misma casa, Atresmedia, tenga lineas editoriales tan diversas, lo cual es de agradecer, sin duda, pero la intención adoctrinante de A3 es francamente burda y su objetivo no parece informar sino predeterminar una línea de argumentos. El caso de Grecia es ahora muy obvio pero son muchas las veces que he creído encontrar línea directa entre Moncloa, Génova y San Sebastián de los Reyes. No pongo Atresmedia como paradigma, es solo un ejemplo más. En la prensa escrita, en las radios y en internet los adoctrinadores con piel de periodista son legión, pero es algo que pasa en España casi exclusivamente, no lo veo a mi alrededor (me refiero al servilismo de algunos periodistas que ni se cortan en mirar las consignas que por guasap se les envían desde Ferraz o Moncloa.
Hombre Sr. Claudín, que viendo que ha estado trabajando tantos años en EFE sólo se acuerde del ERE que hizo Gozalo en 1999 (se puede encontrar referencia en El País) pero no de las oleadas de despidos encubiertos de Grijelmo de 2009-2010 con Zapatero (El Confidencial)… o que se acuerde de los ERE de RTVE que hizo el PP de Aznar (El Pais dice que entre 1998 y 2002 se prejubilaron a 1516 trabajadores), pero no se acuerde de los alrededor de 2000 que prejubiló González en 1991 (ABC, Voz de Galicia) o los 4500 de Zapatero a los 56 años o 24 trabajados, cobrando más que activos, contratandose después trabajadores de más de 60, que ya fue advertido en su momento por el Tribunal de Cuentas que había que modificar criterios, y que finalmente va a acabar en los tribunales (múltiples referencias en prensa)… no es ser precisamente muy riguroso que digamos.
Estoy de acuerdo con lo que dice, precisamente el artículo señala que la etapa negra para el periodismo en los medios públicos empezó con Aznar al nombrar presidente a Gozalo, y hay coincidencia en señalar que Grijelmo hizo bueno después a Gozalo, al dejar fuera de juego a la generación de periodistas que debería haber formado a los que venían detrás. En cuanto a RTVE, me refiero en el artículo solamente a periodistas porque hablo de contenidos. Así que si lo que quiere es que Zapatero no se libre de la crítica, de acuerdo en este aspecto de políticas de recursos humanos muy negativas para la profesión tanto en EFE como en RTVE. Pero también tenemos que incluir en el problema de la práctica profesional a los medios privados, que al socaire de la crisis aprovecharon para despedir a los periodistas «caros» por becarios recién titulados. Y supongo que al criticar solo ese aspecto formal está de acuerdo en que ahora no se practica un buen periodismo en el seguimiento del problema griego, y que a algunas periodistas jóvenes les falta un hervor.
simplificación capciosa. ambas posiciones son ciertas, simultáneas y verificables. lo realmente anti-periodístico es dividir el problema en buenos y malos (y en donde los malos son siempre los otros).