La Ritirata: ‘The Cervantes Operas’, de Antonio Caldara

La Quinta de Mahler inauguró la temporada 2016/17 con la presentación, el martes 6 de septiembre de 2016, del nuevo CD del conjunto La Ritirata, dirigido por Josetxu Obregón.

La Ritirata: ‘The Cervantes Operas’, de Antonio Caldara

La intención del disco es conmemorar el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes y para ello han creado un programa para Glossa basado en la música compuesta por el músico italiano Antonio Caldara en el siglo XVIII, inspirada en El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.

La presentación estuvo a cargo de Josetxu Obregón, Begoña Lolo, de la Universidad Autónoma de Madrid, la soprano María Espada, el violinista Hiro Kurosaki y los periodistas Eduardo Torrico y Stefano Russomanno.

El CD ‘The Cervantes Operas’, de Antonio Caldara forma parte de la colección ‘Música y Cervantes’ de la Universidad Autónoma de Madrid, dirigida por Begoña Lolo, y cuenta con la colaboración solista de la soprano María Espada en el papel de Altisidora, Emiliano González Toro como Don Quijote y João Fernandes como Sancho Panza.

El italiano Antonio Caldara compuso sus óperas cervantinas porque había estado en España al servicio del archiduque Carlos (luego Carlos VI de Austria), y al ser nombrado éste emperador, se trasladó con él a Viena. Fue el gran amor que el archiduque sentía por España y por Cervantes, a los que nunca renunció, ni siquiera estando en Viena, por lo que compuso Caldara sus óperas. Y fue en la corte vienesa, precisamente, donde compuso la pareja de óperas (con libretos de GC Pasquini) que se siguen oyendo hasta hoy y que son protagonistas de este disco, de las que Obregón –violonchelista como Caldara– extrae la selección que lo conforman.

Como hecho curioso, el solista y concertino de La Ritirata, el japonés Hiro Kurosaki, interviniente en el CD y presente en la presentación, habló para decir que él, quien ha vivido siempre en Viena, había aprendido a tocar con las obras de Caldara, y que allí no es considerado en absoluto un autor de segunda fila.

Son dos las óperas del compositor italiano que glosa el CD, Don Chisciotte in Corte della Duchessa y Sancio Panza Governatore dell’isola Barattaria, cada una de las cuales dura tres y cinco horas respectivamente y de factura desigual, por lo cual se han extraído las partes más ilustrativas e interesantes, particularmente las arias más hermosas y algunos de los ballets instrumentales que en ellas se intercalan.

No era infrecuente que en una ópera se encomendaran los ballets a otro compositor distinto, por lo que algunos de los que componen el disco no pertenecen a Antonio Caldara sino a Niccola Matteis. Estas piezas bailables iban entre las contribuciones vocales, se interpretaban con gran variedad de instrumentos (a veces el compositor desconocía para qué instrumentos debían ir dirigidos, puesto que variaban según el presupuesto) y entre ellos destaca el salterio, introducido en la corte de Viena por influencia húngara.

Dado el amplísimo corpus de músicas compuestas en honor de Cervantes en el barroco francés (y particularmente en el siglo XVIII italiano), sorprende a los entendidos la escasa repercusión que está teniendo en la música española dicha conmemoración cervantina, sobre todo si se tiene en cuenta lo que ha sido y es el año de Shakespeare en Inglaterra.

Antonio Caldara no fue ni el primer ni el último compositor cuyo ingenio creativo se vio espoleado por la intemporal obra maestra de Cervantes. Baste como ejemplo, Don Chisciotte in Sierra Morena, una tragicomedia compuesta por Francesco Bartolomeo Conti. Muchos compositores se sentían atraídos por el paisaje de la España de la primera mitad del XVIII, un siglo después la publicación de la Segunda parte del Quijote: Barcelona fue una de las etapas para Caldara tras haber pasado por Mantua y Roma, antes de instalarse en Viena.

En el ensayo para el libreto, Begoña Lolo y Adela Presas describen la importancia de la contribución de Caldara al legado musical del Quijote.

Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

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