La prosperidad económica norteamericana dependerá en el siglo XXI de la ciberseguridad
Melissa Hathaway, asesora de alto nivel en las relaciones internacionales cibernéticas del Consejo de Seguridad Nacional mantuvo una videoconferencia, dentro del ciclo “Encuentros con Washington sobre Ciber Defensa” en la embajada de EE.UU de la capital española, con expertos españoles en la materia, informa Carmen Chamorro.
Inició su intervención aludiendo a que Barack Obama, presidente de los Estados Unidos de América, mantiene que la amenaza cibernética es uno de los desafíos más serios, en el ámbito de seguridad económica y nacional, al que EEUU se enfrenta como nación. El panorama de las amenazas está empeorando: los ataques cibernéticos en infraestructuras críticas están incrementándose. Pero lo cierto es que en estos momentos, la idea que solo motiva a los gobiernos es la economía, sobre la que recae una mayor importancia, más que la seguridad nacional… “hasta que tengamos un serio problema”.
Por lo visto, hay que evaluar la preparación cibernética basada en dos tipos de inversiones, la prosperidad económica (productividad, eficiencia, innovación y modernización) y la seguridad nacional (protección de infraestructuras, protección de propiedad intelectual; defensa de la patria y la estabilidad del régimen). En tiempos austeros como los actuales, el éxito requiere compromiso y voluntad nacional y una planificación cuidadosa que permita darse cuenta del valor de la inversión en TIC: buscar una mejoría continua y aprender de los errores; entender que el reto estratégico es competitivo; elegir objetivos específicos, mesurables, alcanzables basados en los resultados en función del tiempo, sin obviar reconocer que los recursos son escasos y la esencia es también el tiempo. Hay que comprometer recursos limitados en un entorno competitivo, bajo presiones fiscales extremas; reconocer si un desafío internacional es apoyado con productos y servicios globales; reconocer que los buenos resultados dependen de la asociación de las múltiples partes interesadas y abrazar la revolución tecnológica sin exposiciones innecesarias. Por tanto, la estrategia de ciberseguridad es doble: mejorar la capacidad de resistencia a los incidentes y reducir la amenaza cibernética.
Al hablar de ciberseguridad como problema que ninguna organización puede resolver por sí misma, conviene aludir a actores no estatales, dado que están desempeñando un papel cada vez mayor en la política nacional e internacional, con lo que los objetivos varían y pasarían a ser el activismo político, el crimen organizado, espionaje industrial, interrupción del servicio y la destrucción de la propiedad intelectual.
¿Qué estrategia factible y eficaz hay que emplear en el tiempo?, se pregunta Melissa Hathaway.
Sin lugar a dudas, la protección de las personas, los gobiernos y los negocios desde el ciberataque. Esto es, proteger el valor de las inversiones digitales es esencial para los líderes mundiales así, el presidente de Rusia, Vladimir Putin dijo que era necesario el establecimiento de un control internacional a través de Internet, utilizando la capacidad de vigilancia y supervisión de la ITU: “Al hablar de la democratización de las relaciones internacionales, creo que una esfera fundamental es el intercambio de información y control global de ese intercambio”, dijo Putin.
Según las últimas informaciones aportadas por Hathaway, la población estimada, hoy en día, que usa internet asciende a un 35%, esto es, un total de 2´5 billones de personas que aumentarán a 5 billones en el 2020 (60% de la población en línea). Dentro de una década, Internet hará que el crecimiento económico esté propulsado, en cierto modo, por el acceso directo al servicio de las comunicaciones. El 85% de la población mundial emplean dispositivos móviles. Hay más móviles que personas en el planeta. La media de dispositivos/persona asciende a 6 y el futuro, a 10.
Por lo que respecta a la contribución del ITC a la economía, para las naciones del G-20, el 4% del PIB experimentará cambios motivados por la tecnología de las comunicaciones, alcanzando la cifra del 10% en los próximos cinco o diez años (10% del PIB mundial).
Melissa Hathaway explicó que varios factores juegan un papel importante en la economía internacional como el reconocimiento mundial de la convergencia de Internet con infraestructuras críticas, debido a un error de programación informática Y2K, (problema que no se puede solventar sin una colaboración público-privada); el reconocimiento de infraestructuras claves, que son ahora más vulnerables debido a la dependencia de Internet; el espionaje del cibercrimen e industrial, afectado por el robo de propiedad intelectual y factores de riesgo de las principales empresas; el gusano Conficker, que destaca la necesidad de la cooperación internacional y de compartir información del sector privado; los cortes de cables en el Mediterráneo, que demuestran la importancia de cables submarinos. “No hay que olvidar que más de 100 países tienen capacidad ciber, en estos momentos. Existen unas 30 estrategias de seguridad cibernética en el mundo, por lo que se necesita una mayor dedicación en esta materia de parte de los líderes mundiales”.