Inaugurando la temporada cultural TIFE 2017 Memorias del Futuro, el Instituto Francés de Madrid presentó el 16 de febrero de 2017 una exposición de pintura realmente excepcional: Don Quijote, miradas francesas contemporáneas. Veinte versiones de uno de los personajes más universales por veinte pintores franceses contemporáneos, cedidas hasta el 30 de marzo por un único coleccionista, Gilbert Ganivenq.
La iniciativa de invitar a diversos artistas a pintar el tema de Don Quijote fue de la galería Ives Faurie de la ciudad sureña mediterránea de Sète. La respuesta de los artistas fue entusiasta, tanto en función del personaje, como por la colaboración con el proyecto del coleccionista y mecenas Gilbert Ganivenq, un enamorado de Don Quijote, quien adquirió de inmediato el conjunto de las obras presentadas, Alrededor de Cervantes. 22 artistas ilustran El Quijote.
El personaje del Hidalgo ha sido admirado en Francia desde los tiempos de las primeras ediciones del Ingenioso Hidalgo en el siglo XVII, – 1614 y 1618, primera y segunda parte – los tapices de Coypel del XVIII en el Louvre, las ilustraciones del caballero y su servidor de Gustave Doré y Honoré Daumier en el XIX, Cézanne y Chagall en el XX. En Francia, sus aventuras, su vida, su mito, su locura, siempre han sido un motivo de inspiración de artistas. La exposición Miradas francesas contemporáneas demuestra que la inspiración continúa; la mayoría de las obras expuestas han sido pintadas tan recientemente como 2005 y 2006.
Dieciocho de los artistas seleccionados forman parte del grupo Sète – Montpellier y representan corrientes nacidas en estas ciudades, como la Figuración libre, fundada por Robert Combas y Hervé di Rosa hacia 1980, al que se adhirieron antes o después Ben Vautier, -que le dio el nombre- Pierre François, Topolino, André Cervera, Jean le Gac, Quim Corominas, Jean Pierre Formica, Pierre Maraval, Jean-Loup Gautreau, Patrick Loste, Antoine de la Boulaye, André Raffray, Jean Pierre le Bail. La corriente Soportes/superficies representada por dos de sus fundadores, Claude Viallat, Vincent Bioulès y Pierre Buraglio. Gérard Garouste y Lucien Puyelo, son los artistas que no forman parte del grupo Montpellier – Sète.
Veinte obras contemporáneas radicalmente distintas abren un espacio de debate sobre el mito universal que siempre ha sido y continúa siendo el protagonista de la obra maestra de Cervantes. El color es el aspecto predominante en Work in progress de Ben Vautier en un Quijote inmortal, siempre actual; Robert Combas en un bellísimo cuadro lleno de complejidades y onirismo, muestra las dos caras del caballero momentos antes de emprender la aventura de los molinos. En Don Quijote solo contra todos, Hervé di Rosa muestra un Don Quijote soñador rodeado de malvados; toda la belleza y significado de la ‘figuración libre’ están en los contrastes cromáticos en seis secciones de El ingenioso hidalgo…de Pierre François. La sátira está presente en los cuadros de Topolino y André Cervera; drama, sueño y poesía en el Quixot de Quim Corominas; Jean Pierre Formica en una maravilla de inundación y contrastes de color, ve al personaje caminando a través de espacios y tiempos diversos. Pierre Buraglio y Claude Viallat se deciden por una libertad asociativa a la memoria y a lo fantasmagórico. Un Quijote de aspecto contemporáneo, triste y solitario, un símbolo de plena actualidad, es la elección de Pierre Maraval; Jean-Loup Gautreau fascina con las siluetas de la mítica pareja medieval frente a los molinos de viento eólicos…la lucha ¿no acaba nunca?. Vincent Bioulès oniriza sobre un castillo de sueños y Jean le Gac sitúa al mito en la atemporalidad. Impresionante el cuadro de Patrick Loste, con esas dos mínimas siluetas del caballero y su servidor perdidas en un universo bastante inquietante; Antoine de la Boulaye propone soluciones individuales en Pero ¿dónde está Don Quijote?. Solo uno de los artistas, André Raffray, pinta a Don Miguel, basándose en un retrato de 1600 de Juan de Laurigui. Clásico. Jean Pierre le Bail llama a su cuadro Reencarnación de Don Quijote. Pero aquí cada espectador recurrirá a su propia identidad para recrear su particular símbolo. Fascinante. Y finalmente, los dos artistas ajenos al grupo Montpellier – Sète, Gérard Garouste y Lucien Puyelo exponen sendas propuestas surrealistas muy distintas del personaje. La aventura de Don Quijote nunca termina, es eterna, universal, vienen a decir.
Como dice el Consejero Cultural de la Embajada de Francia, Nicolas Kassianides, esta exposición es el reconocimiento de la deuda que tiene Francia con España, la deuda que tiene el arte francés con el personaje creado por Cervantes.