Los celiacos tienen una intolerancia permanente al gluten del trigo, a la cebada, al centeno y a la avena, que se presenta en individuos genéticamente predispuestos y se caracteriza por una reacción inflamatoria de base inmune en la mucosa del intestino delgado que dificulta la absorción de micro y macronutrientes.
La enfermedad celíaca es una entidad frecuente que tiene una prevalencia mayor en mujeres; aproximadamente una de cada cien personas, aunque muchas de ellas están sin diagnosticar.
Muchos síntomas que no tienen que ver con la digestión, los gases u otras manifestaciones, pueden darse y aunque son atipicos sugieren finalmente que el paciente pueda estar sufriendo dicha intolerancia. Entre los más comunies son el retraso del crecimiento, niveles bajos de hierro y por tanto, anemia; apatía, irritabilidad, distensión abdominal, diarrea, vómitos, fatiga, pérdida de apetito, dolores abdominales, entre otros.
Es importante llevar sine die una dieta estricta sin gluten para normalizar la lesión vellositaria. La alimentación mediterránea no lleva gluten por tanto es muy fácil poder seguirla; legumbres, carnes, pescados, huevos, frutas, verduras, hortalizas, arroz, maíz. El problema viene con el pan y los derivados de las harinas; pasta, bollos, dulces, etc. Existe una amplia gama de productos envasados y también de harinas para hacer pan en casa ya que el incremento en la cesta de la compra de cada individuo celíaco en una familia ronda los dos mil euros más al año.
Si se comete una transgresión por pequeña que sea, de nuevo se ocasiona el deterioro de las vellosidades intestinales lo que dará lugar a la mala absorción de los nutrientes y conducirá a estados carenciales responsables de un amplio espectro de enfermedades.
Los marcadores serológicos (AAtTG) resultan de elección para iniciar el despistaje de los pacientes con mayor probabilidad de presentar enfermedad celiaca. Una serología negativa no permitirá excluir el diagnóstico de esta enfermedad ya que muchas veces no se expresan los anticuerpos antitransglutaminasa en el suero. Asimismo conviene realizar un estudio genético (HLA-DW2/DQ8) para poder determinar la sospecha clínica. Si éste es negativo, se ha de considerar que no es celiaco el paciente de forma que no es necesario realizar otras pruebas invasivas.
Ahora vienen las modas. Comer sin gluten no es más sano, no tiene sentido seguir una dieta sin gluten si no tenemos esta enfermedad. El gluten es tóxico para los pacientes celíacos. Algunas personas asocian la ausencia de gluten a una dieta más sana o que ayuda a adelgazar y no existe una evidencia científica que lo justifique. Tampoco quitar el gluten sugiere que la dieta sea más equilibrada. La dieta sin gluten aumenta la sensación de hambre y la resistencia a la insulina. El gluten ralentiza la absorción de azúcares que llevan los alimentos con carbohidratos y además, se tienen carencias de vitaminas B y D, además de calcio, hierro, magnesio y zinc.
Si se es sensible o alérgico al gluten ya de mayor, se puede determinar con una prueba cutánea. Estos pacientes tienen síntomas digestivos que pueden confundirse con la celiaquía pero que dan negativo en los test de sangre y en la biopsia de intestino. Sin embargo, al retirar el gluten, las molestias ceden. Es posible también que estos pacientes se indispongan cuando toman FODMAP´s, es decir, fermentables oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles. Son sustancias que algunas personas no absorben bien y pueden producir síntomas parecidos al colon irritable. En ese caso, es conveniente cambiar la alimentación y siempre bajo vigilancia médica.
Es importante ver el símbolo aprobado por la FACE (Federación Asociaciones Celiacos España) a la hora de comprar productos. Si no tiene este icono significa que puede contener gluten, trazas del mismo o puede haber estado manipulado o envasado en fábricas que sí tienen productos sin gluten. Actualmente existe una importante unión entre los celiacos que se informan de los lugares aptos para celiacos, de tiendas, restaurantes, recetas, etc. en redes sociales. Basta con buscar un poco para encontrar una buena información entre pacientes con esta enfermedad. Por otro lado, existen apps que pueden informarle de restaurantes y de otros lugares cuando viaje así como hoteles en donde sí se incluye la dieta para celiacos.
