Brillante fábula antimilitarista de Albert Dupontel
Tras su paso fuera de concurso por el festival de cine de San Sebastián, se acaba de estrenar en Francia, con muy buena acogida del público y de la crítica , “Au revoir la haut”, la última película del cineasta y actor francés Albert Dupontel, a la que algunos, como la revista Première, saludan incluso como “la mejor película de su filmografía”, quizás porque aquí el tono siempre caustico de Dupontel resulta en esta fábula mas accesible a un amplio público.
Tras sus primeros pasos en el teatro y en el one man show, Dupontel desarrolla una brillante carrera de actor en el cine francés, en películas como “Un héroe muy discreto” en 1997, de Jacques Audiard, “La maladie de Sachs” 1999, de Michel Deville, “Un long dimanche de fiançailles” 2004, de Jean Pierre Jeunet, “Deux jours à tuer” 2009, de Jean Becker, entre otras. Además de ser guionista , actor y director de sus propias películas.
Cineasta libertario y más bien marginal, Albert Dupontel, humorista, actor, guionista y director, se lanzó en la realización con su muy original “Bernie” en 1996, la alocada historia de un huérfano al que tiraron un día a la basura. Tres años después su comedia “El creador” 1999, se salda en cambio con un rotundo fracaso comercial. Creador de un delirante mundo de perdedores y marginales, prosigue luego con “Enfermés dehors” 2006, o la historia de un vagabundo que se disfraza de policía, en lucha contra un patrón estafador.
Su mayor éxito llegará en 2013 con “Neuf mois ferme”, siempre con Dupontel como protagonista y con la actriz Sandrine Kiberlain en el papel de una jueza entrada en los cuarenta que se queda embrazada después de una noche de vino y copas. Y el padre va a resultar ser el propio Dupontel en el papel de Robert Dolan, un ladrón reincidente, acusado injustamente de haber asesinado y cortado en pedazos a un pobre anciano.
Las comedias causticas y guiñolescas de Albert Dupontel realizador tienen siempre ese denominador común que es la delirante búsqueda de la utopía y de la justicia social, con personajes tan improbables como esperpénticos y marginales. Su mundo visual está muy influenciado por el Comic o tebeo para adultos, y por el cine británico de los Monty Pythons, que se refleja en el tono desfasado y burlesco de sus encuadres y de su puesta en escena.
“Au revoir la haut” es ahora su sexto largometraje de ficción, lograda adaptación a la pantalla de la novela homónima de Pierre Lemaitre, ganadora del Premio Goncourt en Francia en 2013, pasada por el tamiz del muy ácrata Dupontel.
Con un presupuesto de producción muy superior al de sus películas anteriores, Dupontel se ha lanzado por vez primera en una superproducción a la francesa, pero en la que los 20 millones de euros de presupuesto se ven y se justifican en cada plano de la película, desde sus primeras escenas bélicas en las trincheras, por sus suntuosos decorados, sus máscaras y efectos especiales, pero también en su casting de conocidos actores protagónicos y secundarios que va de Niels Astrup, a Laurent Lafitte, Emilie Duquenne, Melanie Thierry, Nahuel Pérez Biscayart y el propio Albert Dupontel.
Como los grandes referentes de clásicos sobre la gran guerra, de Chaplin a Kubrick, “Au revoir la haut” también empieza en una convincente secuencia en las trincheras, donde los hombres son carne de cañón en manos de un alto mando tan cruel como corrupto. Aquí con un oficial sádico que va a proseguir sus fechorías una vez firmado el armisticio. Un excelente papel de malo de la película, a cargo del actor Laurent Lafitte.
Realizador de sus propios guiones originales, Dupontel ha corrido esta vez el riesgo de apropiarse el mundo literario de Lemaitre, que pasa naturalmente a través de su óptica deformante, con un personaje principal, el propio Dupontel, de acentos claramente chaplinescos. El resultado es una simpática fabula antimilitarista, que cuenta la increíble historia de dos supervivientes de la primera guerra mundial.
Relatada en forma de clásico flash back, la puesta en escena de Dupontel nos hace pensar desde un punto de vista formal en el mundo de Jean Pierre Jeunet “Un long dimanche de fiançailles”, pero la fuerza de su relato supera ampliamente esa comparación.
Poco a poco el delirante mundo visual de Dupontel y su fantasía se apropian de esos dos perdedores, uno contable desempleado, el otro brillante dibujante y mutilado de guerra, un “cara rota” que piensa en el suicidio, antes de que su colega le proponga la mejor estafa del siglo para poder sobrevivir.
El dibujante, hijo de una aristocrática familia, cuyo padre es Niels Astrup, esta a cargo del actor franco argentino Nahuel Pérez Biscayart, gran revelación en “120 pulsaciones por minuto” de Robin Campillo.