Decenas de miles de filipinos pasarán el día de navidad en los refugios habilitados por los servicios de emergencia tras la terrible tormenta que ha dejado hasta ahora 164 muertos y 171 desaparecidos.
Tembin, la tormenta tropical, provocó el deslizamiento de tierra y por tanto inundaciones en las provincias de Lanao del Norte y del Sur, así como en la provincia de Zamboanga. Más de 100.000 personas siguen en centros de evacuación en la zona sur del país y casi 85.000 han tenido que encontrar cobijo en otros lugares lejos de la zona devastada.
“No queremos sacar a gente a rastras de sus casas días antes de Navidad, pero es mejor convencerles de que comprendan con tranquilidad la importancia de por qué se les está evacuando”, dijo Marasigan.
El gobierno señaló que aunque la gente no quería trasladarse porque eran los días claves de la navidad debían evacuarles de las casas por la intensidad de la tormenta. La mayor parte del país es católico y celebra la llegada del Niño Jesús en la nochebuena. Con estas muertes y destrozos la tormenta se añade a la serie de siniestros que han golpeado el país en este año. A principios de la semana pasada, otra tormenta tropical dejó más de cincuenta muertos y dañó cerca de 10.000 viviendas en el centro de Filipinas. Marawi golpeada tras el asesio de los extremistas islámicos durante cinco meses también fue golpeada por la tormenta. Toda la población se ha visto desplazada a tal efecto.
Filipinas sufre alrededor de veinte tifones o tormentas al año de diversa consideración, lo que hace que sea uno de los países con mayores desastres naturales.
En esta ocasión ha sido justo el día de navidad.