Si me lo permiten voy a hacer algunas reflexiones sobre la presencia durante varios años de una intensa Prensa gratuita que, en algunos casos, ocupó unos puestos estelares, pero que finalmente se precipitó al vacío por varias razones. Espero arrojar un poco de luz al respecto.
Hay quien cree que los medios gratuitos fracasaron porque se produjo un exceso de empresas periodísticas. No creo que hubiera una saturación de medios. Lo que hubo fue una falta de modelo económico válido, así como carencia de suficientes lectores.
Creo que en los últimos años no hemos hecho los deberes desde los medios para mejorar nuestros formatos, para atraer a más “consumidores/clientes” y para que el funcionamiento real fuera viable. Competir todos por el mismo mercado y sin suficientes ideas complementarias, esto es, ir todos a la misma parte de la tarta no ha sido bueno, ni en la búsqueda de publicidad ni, insisto, en el fomento de nuevos lectores. Algunos medios se han sustentado en subvenciones y en acopios de publicidad que no se podían mantener en el tiempo por muchas razones. Sin duda, la crisis y el hecho de no haber trabajado en una mayor identidad mediática han generado, en el medio plazo, esta coyuntura de la que hablo, pues no se ha gestado una red económica fuerte.
Recordemos que el punto más sólido de esta Prensa es, o ha sido, precisamente, su no precio para el lector. En los buenos tiempos también contaban con una excelente distribución, sin menoscabar su contenido y su elaboración, que han sido, en algunas etapas y en algunos medios, de una gran solidez.
El punto débil lo detectamos en el hecho de que no han sido capaces, estos medios gratuitos, de “fidelizar” a un tipo de lector que encontrara en ellos lo que no hallaba en otros medios. A menudo no se daban diferencias entre ellos para significarse en cuanto a lo que ofertaban al lector, y tampoco se distanciaban respecto a los diarios de pago. La competencia por el mismo nicho de mercado ha sido fatal. No supieron, en definitiva, encontrar y trazar su propio escenario.
Tampoco creo que robaran lectores a los periódicos tradicionales. Se les veía, a los gratuitos, como un valor añadido, por regalado, pero no creo que quitaran lectores. Lo malo es que tampoco los incentivaron. Habría que ver el impacto que tuvieron. Lo relevante no es solo quienes se llevan o recogen una publicación en un punto de la calle, sino también debemos saber quienes leen de verdad una publicación gratuita, segmentando, si hiciéramos un análisis, sus puntos de interés y de influencia.
No hubo cimentación
Por otro lado, y, aunque la crisis es la responsable final de todo, no creo que haya sido la causa primera y última de la frustración de los propósitos de este tipo de Prensa. Entiendo que no había cimentación para su continuidad. Pensemos que algunos gratuitos se sustentaban en los de pago, ya fueran éstos medios de Prensa, Radio o Televisión, y eso es una especie de contraprogramación con tus propios recursos difícil de entender, salvo que quieras llegar a un mercado diferente, que no era el caso. Destaco de nuevo la falta de una sistematización de las actuaciones económicas, empresariales y profesionales periodísticas.
Finalmente, digamos que, tras lo acontecido con este tipo de Periodismo, nada será igual en adelante. El papel es caro, y la tendencia no es precisamente a aumentar el número de lectores en el formato tradicional. Internet está barriendo todo en un proceso que va más allá de la crisis. No creo, definitivamente, que vuelva esta Prensa. Lo que sería preciso es que se estudiara la etapa de la que hablamos para no repetir errores y para incardinar el nuevo modelo periodístico en lo que suponen las TIC´s.
En definitiva, debemos resaltar que de nosotros depende que el proceso que hagamos, para salir de esta crisis mediática, sea viable e interesante para anunciantes y lectores. De momento, la situación es compleja. Únicamente la superaremos con una óptica más globalizada y solidaria del sector.
Don Juan, ante todo lo felicito por su artículo, excelente como prácticamente todas las columnas de periodistas en español.com.
Todo lo que usted dice es cierto: la prensa gratuita es un fracaso, salvo por algún que otro ejemplo que demuestra lo contrario (dixit Rajoy!).
He tenido la oportunidad de participar desde los inicios de uno de los pocos periódicos gratuitos exitosos que yo conozca. Es un periódico latinoamericano, nacido hace más de 25 años en Medellín, Colombia y que se llama Vivir en el Poblado: 45.000 ejemplares, nunca dio perdidas económicas, ha sido reconocido como un ejemplo por la prensa nacional colombiana, ha conseguido galardones y su fundador, Julio César Posada Aristizabal ha recibido, poco antes de su muerte, la medalla del Congreso de Colombia.
Durante los últimos 25 años este periódico ha soportado la competencia de dos medios gratuitos similares: Gente, un gratuito del diario El Colombiano (2° periódico de Colombia) y desde hace un par de años de ADN, bien conocido en España. Ninguno de los dos ha hecho mellas en Vivir en el Poblado.
El periódico ha sobrevivido a la desaparición de su fundador y sigue creciendo, lo cual habla muy bien de su fundamentación, como medio y como empresa periodística. Lo invito a que visite la edición digital de Vivir en el Poblado (http://www.vivirenelpoblado.com), en la cual también encontrará el PDF de la edición semanal (con los anuncios que garantizan el sustento del periódico)
Conozco la historia de este medio de «pe a pa», lo he diseñado desde el número 1, durante varios años he sido socio (hasta el año 2000) y actualmente estoy desarrollando, desde Barcelona, una versión para iPad que vera la luz a finales de año.
Los gratuitos tal como han venido han estado, están y seguirán estando abocados al fracaso porque se basan en una ecuación meramente comercial: Desarrollar una noticia cuesta 1 céntimo, imprimirla cuesta 1 céntimo, distribuirlo cuesta 1 céntimo y la ganancia debe ser de 1 céntimo: costo = 4 céntimos. ¿podemos lograr 1 aviso que nos de 4 céntimos para cubrir los gastos: Respuesta: Si.
Entonces lanza el negocio pero nadie se preocupa del contenido ni se atreve a tocar el tema, ¿por qué?, pues porque somos medios de prensa y sabemos hacerlo, «somos profesionales» y pobrecito del que dude de nosotros…
Hay un craso error en pensar que los modelos se duplican sin importar los soportes y los sistemas de distribución.
Cuando un lector compra un periódico o una revista pasa por un proceso psicológico de «adquisición», no en el sentido económico pero si en los sentidos psicológicos y culturales. Con el gratuito que reparten en el metro, no ocurre esto, la gente recibe el papel, lo lee y lo bota, pero no «adquiere» el contenido, no cree en el, solo le sirve para motivos de conversaciones baladíes a la hora del desayuno o del café. o sea que el lector es impermeable a este medio, y por ende la publicidad fracasa. El concepto de adquisición debe reproducirse cuanto alguien recibe un gratuito, la transacción económica es meramente anecdótica y no influye en esta adquisición de la información
Los gratuitos tienen futuro, todo lo gratuito tiene futuro, lo que se tiene que cambiar es la óptica del negocio, el concepto «fotocopiador» y acordarse que el usuario final es generalmente mucho mas inteligente y sagaz que uno mismo, este usuario final posee un don excepcional que se llama sentido común…