Teresa Gurza.
El 27 de febrero de 2020 se registró en la Ciudad de México el primer caso de COVID-19 en un capitalino llegado de Italia.
Tres semanas después, murió el empresario José Kuri; contagiado junto a familia y amigos en Vail, Colorado.
Y el 23 de marzo, el Gobierno inició la Jornada Nacional de Sana Distancia.
Parecía que íbamos por buen camino, pero el mal manejo posterior de la pandemia y los consejos presidenciales para salir, ocasionaron que en abril tuviéramos 19 224 infectados y 1859 fallecidos; con edad promedio de 46 años y más hombres que mujeres.
Ahora, oficialmente tenemos más de dos millones contagiados y 181 mil muertos; y fallecen tres veces más, en hospitales públicos que en los privados.
Pero la táctica del Gobierno es «voy derecho y no me quito» y si quiere usted usar cubrebocas bien y si no también, «porque no somos autoritarios».
Los investigadores de la OMS no han descubierto el origen de este coronavirus; pero descartaron haya salido de un laboratorio de Wuhan, la ciudad china donde el 31 de diciembre de 2019 se informaron los primeros casos del virus que ha matado ya, a más de 2,5 millones de personas.
Y tras cuatro semanas indagando se retiraron con preguntas sin respuestas, porque China ha omitido datos; pero aseguran que en diciembre el virus circulaba en otros lugares y no solo en el mercado.
Que el contagio viene de alguna de las más de 1400 especies de murciélagos, son más que cualquier orden de mamíferos a excepción de los roedores.
Que el camino fue de murciélago a un segundo animal y de ahí a los humanos; se ignora cuál y en dónde, podrían ser conejos, ratas del bambú o tejones; y también la razón para que, siendo portadores de muchos virus, sus sistemas inmunitarios no presenten síntomas.
Y no cerraron la posibilidad de que la trasmisión pudiera ser por alimentos congelados.
Las investigaciones indican que los infectados con COVID-19 adquieren inmunidad por cinco meses y suelen tener secuelas físicas y mentales.
Que se propaga más al hablar, que al toser; por eso la distancia de cuando menos dos metros y la ventilación y que es raro el contagio por tocar superficies.
Que hay vinculación entre enfermedad de las encías y covid grave, por lo que urge reforzar la higiene bucal con hilo dental y cepillado de lengua y encías.
Aconsejan consumir antivirales en cuanto se advierta el primer síntoma y desaconsejan los analgésicos, porque podrían frenar la respuesta inmunitaria; en todo caso, solo paracetamol.
Actualmente preocupan tres variantes: británica, sudafricana y brasileña; algunos científicos aseguran que la primera, podría socavar la protección de las vacunas; otros sostienen, que las mutaciones son «normales».
Antonio Fauci, especialista estadounidense en inmunología, adelanta que el uso de la mascarilla se extenderá todo el 2022 y pide usar dos juntas para mayor protección.
Pero López Obrador, su encargado de la pandemia y el arzobispo de Tamaulipas, predican que usar cubrebocas no sirve; en el pecado han llevado la penitencia, porque de los tres solo falta que se nos contagie el monseñor.
Dado que la enfermedad circulará durante años, la esperanza son las vacunas; pero si los países pobres se quedan sin ellas porque los ricos las acaparan, podría seguir más allá del 2023.
Cuba y Costa Rica buscan promover un turismo que una la vacunación, al disfrute de sus bellezas naturales.
Vacunarse no impide el contagio, pero sí la gravedad y debe seguir el uso de mascarilla, lavado frecuente de manos y sana distancia.
La AstraZeneca funciona mejor aplicando la segunda dosis, a tres meses de la primera y no a los 21 días como se decía.
México carece de vacuna propia porque ha reducido recursos a educación, investigación, y salud.
Al respecto, la viróloga del Instituto de Biotecnología de la UNAM Susana López Charretón, alertó en El Universal sobre la carencia de virólogos, hay 120 para todo el país, y cuestionó que el plan de vacunación priorice municipios rurales distantes y no los urbanos más poblados.
Ha sido vacunado apenas al 1,4 por ciento de los mexicanos, mientras que países con menores recursos como Chile, llevan el 25 por ciento; aún no concluye la de médicos y enfermeras y no se ve para cuando termine la de adultos mayores; en Ecatepec, por ejemplo, ha habido desorganización y los viejitos han debido esperar hasta doce horas en fila para poder ser vacunados.
Y como agarramos lo que caiga, las 200 mil vacunas rusas y 200 mil chinas llegadas esta semana, irán a los municipios con mayor mortalidad.
Afortunadamente donde hay inversión y estudio, la Ciencia avanza; y acaba de informarse que el medicamento EXO-CD 24, del Centro Médico Ichilov de Tel Aviv, curó veintinueve de treinta enfermos graves.
- Teresa Gurza es una periodista mexicana multipremiada que distribuye actualmente sus artículos de forma independiente.