Un grupo de periodistas internacionales se ha unido a una iniciativa de Nicolas Blies, Stéphane Hueber-Blies y Marion Guth para detener la impunidad de los militares franceses que han cometido numerosos abusos sexuales a menores en la República Centroafricana.
Desde hace varios meses, estos periodistas vienen denunciando numerosos casos de violencia sexual en la República Centroafricana. En el punto de mira se encuentran soldados franceses de la operación Sangaris. Las víctimas, en su mayoría niños, sufrieron, supuestamente, abusos en un contexto de guerra y de enorme precariedad. Estos menores relatan que recibieron alimentos a cambio de felaciones.
«La investigación que hemos llevado a cabo revela que los niños de Bangui pueden no ser las únicas víctimas de las tropas francesas. Con la ayuda de un equipo de periodistas, se ha seguido la pista a posibles supervivientes de delitos sexuales. Mujeres que habían intentado denunciar los hechos de los que afirman haber sido víctimas. Chimène, cuando quiso hablar de su caso en la base militar francesa de Mpoko (Bangui), se encontró con la puerta cerrada. Desanimada, intimidada por la Policía centroafricana, que envió a su hermano a prisión, sin medios suficientes para pagar a un abogado, nunca se atrevió a denunciar. Nadie sabe tampoco lo que va a pasar con la denuncia de Noella, por no hablar de lo que depara el futuro a su hijo Boda, al que ya todos conocen como el francés«.
Estos crímenes de guerra se pueden evitar, frente a lo que por desgracia creen ciertos diplomáticos y militares, señalan Nicolas, Stéphane y Marion: «empezamos a trabajar, hace ahora dos años, como activistas documentalistas, en casos de violencia sexual cometidos en conflictos armados. La conversación que mantuvimos con una superviviente nos afectó sobremanera. Unaa mujer nos dijo: Si me permito hablar con ustedes, descubrirme, en definitiva, debo tener la seguridad de que mis palabras serán escuchadas. Esa frase fue el detonante y es en ese preciso momento comprendimos la necesidad de comprometernos».
Fruto de este compromiso lanzaron el movimiento ZERO IMPUNITY, para que estos crímenes no queden impunes, para que no se repitan nunca más, desde el que se pide un plan de acción nacional en Francia en torno a dos medidas fundamentales:
- Políticas de prevención obligatoria sobre violencia sexual y sus consecuencias. Estos ciclos formativos los impartirán asociaciones especializadas, ajenas al Ejército, y estarán dirigidos a los suboficiales, en las escuelas de oficiales y suboficiales.
- Políticas de sanciones internas ejemplares recogidas en el Código de Defensa y sobre las que se informará debidamente a los militares.
Cada firma -y cada acción en las redes sociales- está dirigida a exigir a François Hollande (presidente de la República y jefe del Ejército), a Jean-Yves Le Drian (ministro de Defensa) y a Laurence Rossignol (ministra de los Derechos de las Mujeres), la aprobación de un plan de acción que permita que los procesos judiciales sean más independientes y, gracias a la sensibilización de los soldados, generar una concienciación real en el seno del Ejército.
«Señor Hollande, le quedan cuatro meses a la cabeza del Estado francés. Es tiempo más que suficiente para sentar las bases de un importante plan de acción contra la impunidad de la violencia sexual de algunos de nuestros soldados. Presente una hoja de ruta clara a su sucesor y concluya su mandato dando un paso importante”, se pide en la iniciativa lanzada a través de change.org.