Madrid es una ciudad caótica si hablamos de transporte. Ora, los autobuses interurbanos en huelga, ora los del transporte escolar. Si bien la opción que nos queda para trasladarnos es la Renfe, bien podría acogerse a la normativa europea que exige que todos los vagones sean accesibles para personas con discapacidad sensorial.
El tema, que no es baladí, sucede cuando un ciudadano que ve poco o nada, se sube a un vagón en donde no está activado el sistema audio que va comentando por qué parada va el tren; cuándo debe bajarse; qué debe de hacer. Esto en la capital de España resulta chocante si hablamos de cifras y de discapacidades. ¿Cuántas personas mayores ven poco? ¿Cuántas personas tienen baja visión? ¿Cuántas personas no ven? Vamos a algo más común, ¿cuántos mayores tienen cataratas y ven nublado o borroso? ¿Cómo pueden desplazarse si no saben por dónde van?
Estoy segura que Juan Alfaro Grande, presidente de Renfe no es consciente de este tipo de errores que llevan a la exclusión de las personas con discapacidad visual; al desamparo si cabe porque no saben en qué parada se encuentra el tren y a esa negligencia que hace que el tren no solo no sea accesible sino que sea un reto subir y encontrar a alguien en un vagón que haga el favor de ir diciendo parada a parada dónde está el ciudadano que se subió para regresar a su casa.
La falta de rigor a la hora de poner en marcha un dispositivo que es para todas las personas que no ven o no ven bien es inadmisible y Renfe tendría que supervisar todos los trenes según pregonan en su web, «Renfe te lleva, plan de accesibilidad universal».
Cierto es que ADIF ha actualizado la accesibilidad dotando de servicio de audioguías de forma que las personas con discapacidad visual puedan obtener ficheros en audio, información de accesos y distribución de los espacioes d eubicación de los principales servicios de la estación. Esto está implantado en Madrid dentro de las estaciones de Chamartín y Puerta de Atocha, pero ¿qué hay del resto de España?
Hablamos hoy de cercanías Madrid, pero si seguimos hablando de discapacidad, veremos que aún hoy, no todos los trenes son accesibles, no todos tienen activo el ascensor para sillas de ruedas, no todos llevan puesto el sistema luminoso para personas sordas, y ¿saben cuál es la razón?, no todos los trenes llevan activado el sistema audio en los vagones, probablemente porque nadie cae en la cuenta que las personas con discapacidad que son invisibles como las sordas o ciegas, transitan, viven, viajan y tratan de hacer lo mismo que los demás, con los impedimentos de la sociedad que sigue sin aceptar que por ese camino vamos a ir todos; ese viaje nos va a ser común a todos los mortales porque todos tendremos alguna vez una discapacidad.
¿Hablamos de accesibilidad entonces?
Renfe estoy segura que lo hará. ¡Buen viaje!