El número de refugiados y solicitantes de asilo nicaragüenses en Costa Rica se ha duplicado durante los últimos ocho meses, totalizando más de 150 000 desplazados, informó la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), informa IPS desde Ginebra.
Esa cifra representa tres por ciento de la población de la vecina Costa Rica, un país de cinco millones de habitantes, recordó un portavoz en la sede de Acnur en esta ciudad suiza.
También supera al total de refugiados y solicitantes de asilo que se produjo en la década de 1980 con las guerras civiles que asolaron buena parte de América Central.
Una preocupación de Acnur es que se sobrecargue el ya de por sí saturado sistema de asilo costarricense, y desborde las redes de apoyo en el país.
La Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica informó que de las 79.000 solicitudes de refugio que procesa, 76.000 corresponden a nicaragüenses.
Acnur interpreta que el aumento de solicitudes de asilo «son consecuencia de importantes acontecimientos sociopolíticos; entre ellos, las elecciones presidenciales que tuvieron lugar en noviembre» de 2021, en las que resultó reelecto el actual presidente nicaragüense Daniel Ortega.
Esas elecciones fueron severamente criticadas por algunos gobiernos y entidades defensoras de derechos humanos en América y Europa, considerándolas plagadas de irregularidades, entre las que destacó la detención y posterior condena de siete líderes opositores que rivalizaban con Ortega por la presidencia.
La más reciente fue la de la periodista Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios (1990-1997), de 68 años y en régimen de detención domiciliaria, quien fue condenada el 21 de marzo a ocho años de prisión por delitos como lavado de dinero y apropiación indebida.
En Nicaragua hubo numerosas manifestaciones callejeras contra el gobierno de Ortega en 2018, fuertemente reprimidas, y ese clima empujó a migrar a unas 120.000 personas, de las cuales al menos 75.000 fueron a Costa Rica.
A raíz de la situación política creada en 2021, el exilio desde Nicaragua continúa y Acnur registró que, aunque Costa Rica es el principal destino, también durante enero y febrero de 2022 el número de solicitudes nicaragüenses de asilo ya equivale en México a un tercio de las presentadas en todo 2021.
El gobierno costarricense decidió mantener abiertas sus fronteras para las personas que precisaban protección internacional durante la pandemia de la COVID-19, y la mayoría de los solicitantes procedían de Nicaragua, Venezuela y Cuba.
De acuerdo con el seguimiento de Acnur en la frontera Costa Rica-Nicaragua, muchos de los solicitantes de asilo encontraron trabajo en la temporada de cosecha de café, pero su seguridad económica peligrará cuando concluya ese periodo.
Se añade que la crisis económica provocada por la pandemia provocó altos índices de desempleo en Costa Rica, las redes de apoyo individual que ofrecen albergue y oportunidades económicas a los nicaragüenses se debilitaron, y creció la necesidad de apoyo tanto para Acnur como para las entidades que son sus socios locales.
La agencia de la ONU apoya al gobierno costarricense y a las comunidades de acogida con el registro, la asistencia jurídica, la ayuda en efectivo, las donaciones de kits de limpieza e higiene, y la distribución de alimentos y colchones de las personas refugiadas y solicitantes de asilo.
Puesto que la ofensiva rusa en Ucrania monopoliza la atención mundial, Acnur subraya la importancia de recordar otras situaciones de desplazamiento en el mundo e instó a la comunidad internacional a seguir apoyando sus esfuerzos en Costa Rica y otros países que acogen a personas provenientes de Nicaragua.