El Observatorio Español contra la LGBTfobia (StopLGBTfobia) lamenta la cuchillada entre sargentos producida el pasado 17 de enero dentro del buque de la Armada “Canarias” en Augusta (Sicilia) y que ahora durante el juicio militar ha revelado una lamentable y humillante situación de acoso y hostigamiento constante en la Armada de un sargento gay por motivo de su orientación sexual.
El Consejo de Ministros aprobó el pasado 20 de octubre un “Protocolo de Actuación frente al acoso sexual y por razón de sexo” en las Fuerzas Armadas con el que se pretendía “promover una cultura de tolerancia cero” en el seno del Ejército. Mediante el protocolo[1] se previene y se actúa contra las víctimas de acoso sexual y por razón de sexo en las Fuerzas Armadas, que podrán denunciar confidencialmente las situaciones de acoso y se establecen medidas protección y acompañamiento a las víctimas. Se crea la Unidad de Protección frente al Acoso (UPA), ajena a la cadena de mando que tramitará las denuncias y ofrecerá asistencia médica, psicológica, social y jurídica a las víctimas de acoso sexual y por razón de sexo.
“Se trató de una oportunidad única perdida de modernizar al Ejército Español, hacerlo totalmente inclusivo y dotarlo de un Protocolo de actuación integral no únicamente protegiendo un único tipo de hostigamiento y exclusión sino también a cualquier tipo de acoso y discriminación, como el que a afecta a muchos LGBT aún hoy en las Fuerzas Armadas, o a otras personas en base a su origen racial o étnico, religión, opiniones, convicciones o cualquier otra circunstancia”, afirma el presidente del Observatorio Paco Ramírez.
Desde el Observatorio hemos pedido una reunión urgente con la Ministra de Defensa, a la que hemos remitido una larga carta comentándole los problemas que el actual Ejército Español tienen con la diversidad sexual y de otro tipo.
“Muchos militares y exmilitares denuncian el machismo, la homofobia y la transfobia, que hace la vida imposible a las personas LGBTI visibles en las Fuerzas Armadas. Las vejaciones, humillaciones, discriminaciones, comentarios insultantes y situaciones incómodas, así como innumerables obstáculos y frenos en sus carreras profesionales, evaluaciones negativas de los mandos son el pan de cada día en el Ejército Español para muchos homosexuales y transexuales. Se han producido hasta incluso palizas que no se denuncian para no ver empeorada su situación. En definitiva, respeto cero”, explica Ramírez en la carta.
“Actualmente existe una discriminación de facto a las personas LGBT dentro del Ejército, a pesar de las leyes existentes que debieran proteger a personas homosexuales, bisexuales y transexuales, pero no lo hacen. En Septiembre pasado se cumplieron 16 años desde que el teniente coronel José María Sánchez Silva anunciara su condición de homosexual en la portada de la revista ‘Zero’, convirtiéndose en el primer militar homosexual español en salir públicamente del armario, y denunciar la lamentable situación de discriminación de los homosexuales a pesar de la llegada de la democracia a las Fuerzas Armadas. Aquellas declaraciones sin duda, dieron al traste con su carrera profesional en el Ejército”, arguye Paco Ramírez.
“Aunque no existe en el Ejército Español una ley similar a la hipócrita que impulsó el presidente Clinton en el ejército estadounidense del ‘No preguntes, no cuentes’, el silencio, la ocultación y la doble vida imperan en el Ejército español. La hostilidad ante la homosexualidad y la transexualidad, ante la dejadez, la indiferencia y la pasividad de los superiores, es moneda de cambio diario. Mientras eres soldado raso no se padece tanto el problema como si asciendes; es entonces cuando empiezan a hacerte la vida imposible.”, continúa el director de StopLGBTfobia.
En el año 2014 se publicó el Mapa del Índice de Integración LGBT (LGBT Military Index) en el Ejército, que mide la situación de los LGBT que sirven en los ejércitos de más de cien países. El Índice evalúa indicadores complejos, como la existencia de políticas activas contra la discriminación, la representación de las Fuerzas Armadas en los desfiles LGBT o el apoyo de las autoridades militares al Consejo de las Naciones Unidas sobre Derechos LGBT. Nueva Zelanda ostentaba por entonces el primer puesto (cien puntos), seguido de Holanda, Reino Unido, Suecia, Australia, Canadá, Dinamarca, Bélgica, Israel. España ocupaba la posición 11 con 91.8 puntos.
“Desde el Observatorio pedimos al Ministerio de Defensa que se abra más a la diversidad y lleve al Ejército en la senda de la modernidad y la inclusión, y se potencien verdaderamente políticas activas contra la discriminación y respeto a la diferencia. A pesar de que oficialmente se sancionan los comportamientos homófobos y transfóbos, oficiosamente estas leyes parecen papel mojado, convirtiéndose el ejército en un infierno para muchos homosexuales y transexuales. España podría avanzar más en el respeto a la diversidad en el Ejército, capacitando a los soldados y sobre todo a los mandos en la gestión de la diversidad de orientación afectivo-sexual y de identidad de género, apoyando y reconociendo a las parejas homosexuales de miembros del ejército, y sobre todo incluyendo todos los comportamientos discriminatorios en su Protocolo de actuación ante el acoso sexual y la discriminación”, declara Paco Ramírez.
“Es muy importante que las Fuerzas Armadas españolas acepten y asimilen la diversidad existente en nuestra sociedad, y que la vean como algo positivo que enriquece y da valor al Ejército. España ha avanzado mucho en derechos sociales en los últimos años, y puede seguir progresando en ese camino para conseguir un Ejército del s. XXI, que sea más tolerante y respetuoso con la diversidad”, finaliza la carta.
- Información sobre el Protocolo