En un comunicado oficial del 1 de noviembre de 2017, el Ministerio de Información del gobierno afgano ordenó a los proveedores de Internet (Internet Provider Acess) del país que bloquearan las aplicaciones WhatsApp y Telegram, como “un refuerzo de seguridad”, según manifestaciones de un postavoz gubernamental a la BBC.
Ambas aplicaciones están muy implantadas entre los 6 millones de habitantes usuarios de las redes sociales en el país, gracias al aumento de la conexión a Internet en los móviles, que lo entendieron como una forma de censura –y no como la precaución de seguridad que aseguraban las autoridades- y, sobre todo, como una amenaza sobre Facebook, que es el recurso más utilizado. Al día siguiente, la sociedad estatal bloqueó ambas aplicaciones. Las reacciones han hecho que el gobierno anule la orden, explica Ezzatullah Mehrdad en la edición francesa del digital Global Voices.
El periodista Parwiz Kawa, editor del Hasht e Subh Daily, el diario más importante de Afganistán, explicó a la BBC: “La reacción del público, igual que nuestra portada, ha sido resistir. No podemos tolerar ninguna prohibición en las redes sociales, ni tampoco ninguna censura. Si los talibanes y muchos otros utilizan sus servicios, los demás también podemos hacerlo. Es muy importante en el actual momento de Afganistán”.
Por su parte, Mukhtar Wafayee, un conocido periodista de investigación, escribió en su cuenta un ultimátum dirigido al presidente del país, Ashraf Ghani: “Laorden debe retirarse inmediatamente o tendremos que añadir el nombre de Ghani al de dictadores como Putin, Bachar el-Assad, Kim Jong Un y tantos otros”.
La propia oficina del presidente se encargó, el 6 de noviembre, de anular la orden, en un comunicado de prensa donde subraya la libertad de expresión incluida en la Constitución: “El gobierno de Unidad Nacional se considera responsable de la libertad de expresión (…) El gobierno no autoriza a ningún órgano ni institución a prohibir herramientas relacionadas con la libertad de expresión”.
No es la primera vez que el gobierno afgano intenta bloquear las redes sociales. En 2014, los proveedores de acceso a Internet ignoraron una petición gubernamental de bloquear Faceboox durante una prolongada campaña electoral; según el gobierno las cuentas de Facebook añadían tensiones políticas publicando contenidos provocadores.