La irreverente banda de rock mexicano Molotov ha presentado Agua Maldita, su más reciente álbum, que se acompaña de una astuta estrategia contra la piratería: la compra del disco da acceso al concierto que ofrecerán en julio en el Auditorio Nacional de México, informa Andes.
«Los primeros en comprar el disco (que sale a la venta el próximo martes) tendrán los mejores lugares», comentó detrás de sus gafas oscuras Miky Huidobro, bajista y vocalista del grupo, durante una conferencia de prensa celebrada en Ciudad de México que transcurrió entre cervezas.
Como una forma para combatir la piratería y fomentar la cultura, esta banda con casi 20 años de trayectoria distribuye su obra a través de las más recientes plataformas y decidió no vender boletos para su concierto del 4 de julio en el Auditorio Nacional, un recinto con capacidad para 10.000 espectadores.
El boleto de entrada al concierto estará condicionando a la compra de su álbum en establecimientos de la capital mexicana, Toluca y Cuernavaca (centro).
«Hay que entrarle a todo (…) ahora (las canciones) están en Deezer», un sitio web que ofrece música de forma gratuita e ilimitada, añadió Huidobro.
Con su característica fusión del rock con rap y funk, Molotov sigue creando letras ácidas y sarcásticas como un medio de denuncia, esta vez con temas como la drogadicción en niños, el racismo, los abusos del gobierno y el desamor.
«Somos artistas, no ofrecemos una solución (a estas problemáticas), no somos líderes de opinión», comentó enfundado en su chamarra de cuero Tito Fuentes, guitarrista y vocalista, al explicar que para él lo más gratificante es que sus conciertos sean una «catarsis» para la gente.
Agua Maldita, grabado en California (suroeste de Estados Unidos) y mezclado en Londres, es el séptimo disco de estudio de Molotov y muestra cierta madurez musical y lírica respecto a la primera producción de la banda «¿Dónde jugarán las niñas?» (1997).
Cuatro veces ganadora del Grammy Latino, Molotov se formó en 1995 y se dio a conocer antes de grabar su primer disco, gracias a los toques que ofrecían en bares y a que abrían los conciertos de bandas ya consagradas como Héroes del Silencio o La Lupita.
Además de Fuentes y Huidobro, Paco Ayala y Randy Ebright (de origen estadounidense) completan la banda -en el bajo y la batería respectivamente-, que consolidó su éxito con Apocalypshit (1999), Con todo respeto (2004) y Desde Rusia con amor (2012).