Luis de Luis[1]
Sobre el papel pocas apuestas tan perdedoras como ésta: no hay, tal vez, obra más icónica, en cierta manera, en el teatro moderno que “Casa de muñecas” de Henrik Ibsen con su desgarradora historia del despertar de una mujer a la necesidad de fraguar, tener, dejar que pase, en definitiva, su identidad lejos de barrotes, corsés e identidades que le proporcionaba la alta burguesía de principios del siglo pasado.
Ni haya, quizás, un personaje tan complejo y completo como Nora Helmer la protagonista de la obra que culmina con su sonoro y valiente portazo, pistoletazo de salida a una vida tan valiosa como incierta.
Valentía similar a la que tuvo que reunir el estadounidense Lucas Hnath cuando se decidió a escribir una continuación que narrase la vuelta de Nora, 15 años después, al hogar que abandonó en el clásico de Ibsen. Más, contra todo pronóstico, su descaro y atrevimiento tuvieron recompensa y la obra, “La vuelta de Nora ( Casa de Muñecas 2)”, resultó ser un texto exento de los previsibles tópicos y lugares comunes para ser un dignísimo y reconocible análisis, limpio de banalidad y superficialidad, de una Nora Helmer fuerte, convencida y convincente, que retorna al hogar con la mirada firme y la cara alta. La obra, claro, no tardó en ser un éxito en el más exigente Broadway y un auténtico tour de force para la crema de las actrices anglosajonas.
No cabe, por tanto, “culpar” a Aitana Sánchez–Gijón de escoger este texto como vehículo para su regreso a la escena madrileña y lo ha hecho excelentemente acompañada por un Andrés Lima que, consciente de la importancia del texto, ha escogido una puesta en escena clásica para resaltar el valor de la palabra y el vigor de los personajes acribillados por sus convulsas y apenas contenidas pasiones.
Aitana /Nora no dejará nunca el escenario en el que se “examinará” con los clásicos personajes que le estaban esperando desde la primera “Casa de muñecas”. A través de varios “ duelos” que revelarán heridas, desgarros y fortalezas y en los que dirá todo aquello que quedó oculto un siglo atrás Nora/Aitana se revelará y desvelará en carne viva en una emotiva y contenida interpretación, tanto en sus escenas con su antigua niñera Anne Marie (dibujada con honestidad, bondad y sensatez por María Isabel Díaz Lago) , como con su enfrentamiento con su convulso y malherido marido, un excelente Roberto Enríquez, y su hija Emmy, a la que Elena Rivera le otorga una fresca y desafiante actitud.
“La vuelta de Nora (Casa de Muñecas 2)” no oculta nada; es un torbellino emocional y un western de sentimientos, que se disparan al público a quemarropa y se le acierta a bocajarro. La intensísima función finaliza, como, por otra parte, no podía ser de otra manera, con un enorme y elocuente portazo de Nora.
Por segunda, última y definitiva vez.
- Luis de Luis es crítico teatral
Ficha artística
Reparto
Nora: Aitana Sánchez-Gijón
Torvald: Roberto Enríquez
Anne Marie: María Isabel Díaz Lago
Emmy: Elena Rivera
Autor: Lucas Hnath
Director: Andrés Lima
Productor ejecutivo: Nicolás Belmonte